La CMIC advirtió que la viabilidad financiera de las pequeñas y medianas empresas constructoras del país está en juego, en gran medida por la lentitud del Gobierno Federal en la contratación de obra pública.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Eduardo Ramírez, advirtió que una de cada cinco empresas constructoras del país, en particular las pequeñas y medianas, podrían estar en riesgo de cerrar, en gran medida por la lentitud del gobierno federal en la contratación de obra pública.
En entrevista para Aristegui en Vivo, Ramírez afirmó que hasta el 80 por ciento de las empresas del sector son pequeñas y medianas, por lo que pidió a la administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador, mayor agilidad y máxima transparencia en las licitaciones para la asignación de contratos gubernamentales.
“Nos preocupa mucho la lentitud”, sostuvo el presidente de la CMIC, y dijo entender la importancia de implementar medidas de combate a la corrupción en la asignación y ejecución de contratos gubernamentales, como contrataciones fuera de la ley y la ejecución de obras con irregularidades, pero también pidió que se agilicen los procesos de contratación, y que se dé prioridad a las empresas en los estados.
“Lo que pedimos es que se agilicen, realmente la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) es la única dependencia que ha ejercido los recursos oportunamente”.
Sobre el próximo lanzamiento de un paquete de licitaciones por 8 mil 767 millones de pesos, anunciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la SCT, el líder de los constructores agremiados dijo que “son medidas oportunas” y que espera que se designen de forma transparente, con oportunidad, para que participen muchos industriales mexicanos.
“Hay una deuda importante con los industriales mexicanos en materia de construcción y las pymes en nuestro país, que prácticamente no han crecido en los últimos 20 años”.
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El reporte más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que los ingresos del ramo de la construcción continúan en picada, y que en agosto alcanzaron su nivel más bajo desde 2006.
Son ya 14 meses ininterrumpidos de contracción económica para las empresas constructoras, lo que ha resultado en una disminución de la producción, pérdida de horas laboradas, y una reducción de las remuneraciones reales en este sector.
Ramírez precisó que no sólo los constructores padecen la caída de la actividad económica, sino todos los que forman parte de una gran cadena productiva, en particular los proveedores de cemento, acero y madera.