Dead poets society o El club de los poetas muertos es una de esas películas que se consideran míticas y por las que no parece pasar el tiempo. Pero, ¿te gustaría conocer algunas curiosidades que fueron generadas por el film que hizo célebre la expresión latina de Carpe Diem? Vamos con ello.
Por ejemplo, ¿sabías que su director, el australiano Peter Weir, estaba a punto de irse de Hollywood porque no encontraba guiones interesantes que adaptar? Sin embargo, todo cambió cuando cayó en sus manos el libreto de este film a finales de los 80. El éxito fue arrasador.
Curiosidades sobre El club de los poetas muertos
El film protagonizado por un inolvidable Robin Williams como el profesor Keating dio para un buen número de anécdotas. Por ejemplo, las citas literarias de la obra. Por ejemplo, la famosa ¡Oh capitán, mi capitán!, que también había sido elegida por Abraham Lincoln años atrás. Sin duda, Walt Whitman tiene peso en la película.
El film comenzó a rodarse en Georgia, pero se tuvieron que marchar a Delaware por lo caro que es reproducir la nieve, elemento indispensable en la película.
Por cierto, Robin Williams improvisó bastante a lo largo de la película, especialmente en escenas de humor, como cuando lo vemos imitando a John Wayne o Marlon Brando al interpretar al Hamlet de Shakespeare.
Por cierto, El club de los poetas muertos existió relativamente, pues el autor de la historia, Tom Schulman, se basó en sus experiencias propias en la Montgomery Bell Academy, una escuela preparatoria de Nashville en la que él mismo estudió.
También existió realmente el profesor John Keating, pues era uno de los maestros de Tom Schulman, en este caso, llamado Harold Clurman, que en aquel momento era director de teatro.
El primer director del film iba a ser Jeff Kanew, pero parece que su comportamiento inadecuado y la tensa relación con Williams y Schulman provocaron que Peter Weir tomara las riendas al final.
La buena relación entre alumnos se fue más allá de la pantalla. El director, para que de verdad fueran amigos, los hizo dormir a todos en la misma habitación, así que la amistad surgió entre los actores reales.
Otro nombre que estuvo a punto de caer en el film fue el de Dustin Hoffman, que haría de director de la película y también de protagonista. Al final, no fue así.
También el estudio de la película pensó en la misma como un musical titulado The Sultans of Sturt. Al final, no sucedió tal cosa y dieron a luz El club de los poetas muertos, una de las cintas más recordadas y queridas de la década de los 80.
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