Hace unas semanas se cumplieron 139 años desde el nacimiento de Virginia Woolf, una de las escritoras feministas más influyentes de todos los tiempos. Durante el periodo de entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la escritora británica se convirtió en una figura muy significativa en la sociedad londinense, destacando por sus obras con un alto componente feminista.
A lo largo de los años, la escritora ha sido objeto de estudio, tanto por su calidad literaria, como por su vida, que ha sido representada en varias ocasiones en diferentes películas como ‘La señora Dalloway’, ‘La horas’ o ‘Mr. Dalloway’. Igualmente, muchos de sus libros han sido llevados al cine o la televisión con diferente suerte en taquilla y en crítica.
¿Quién fue Virginia Woolf?
La escritora nació el 25 de enero de 1882 en Londres y, aunque no fue nunca a la escuela, el gusto por la lectura y la charlas literarias le vino de familia, ya que su casa era constantemente visitada por famosos escritores de la época.
Su dura infancia, truncada con la muerte de su madre en 1895, cuando ella solo tenía trece años, sirvió para que la escritora sufriera su primera crisis de depresión, que ya jamás abandonó y que le costó tener una madurez atormentada.
No fue lo único por lo que tuvo que pasar Virginia Woolf durante su infancia y adolescencia. A la muerte de su madre se unió, dos años más tarde, la de su hermana, Stella, que también la volvió a hundir en depresión. Además, en una de sus autobiografías, la autora había confesado que sufrió abusos sexuales por parte de sus hermanastros, lo que le provocó que sintiera cierto distanciamiento con los hombres.
Cuando Virginia Woolf solo tenía 23 años, ya se había intentado suicidar, coincidiendo con la muerte de su padre en 1905. La vida de la escritora estaba en una constante amalgama de sentimientos contrapuestos que reflejaba en cada uno de sus libros y cuentos.
Influencia del Círculo de Bloomsbury
Cuando Virginia se quedó huérfana, se traslado junto a sus hermanos al oeste de Londres, a Bloomsbury. Allí, la escritora británica comenzó a entrar en contacto con algunos escritores destacados de la época como T.S. Elliot, Bertrand Russell o Emmeline Pankhurst, que le dieron la oportunidad de conocer mucho mejor las ideas revolucionarias que hablaban de feminismo, igualdad o homosexualidad.
Ya en 1925, con la publicación de ‘La señora Dalloway’, Woolf lograría un gran éxito y comenzaría a ser muy conocida en los círculos literarios europeos. En esta época conocería a una de sus amantes, la escritora Vita Sackville-West, con la que mantendría una relación a escondidas.
Sus obras fueron tan populares que, cuando los nazis llegaron al poder en Alemania, la incluyeron en una lista negra de personas perseguidas, pero Woolf no desistió en su empeño de seguir escribiendo. Para muchos estudiosos del mundo del Virginia Woolf, la escritura le salvó la vida en varias ocasiones, ya que se se sentía realmente vacía en su existencia y solo narrar sus historias le hacía sentirse viva.
Pero la escritora no pudo soportar más la existencia de sus propios fantasmas y, el 28 de marzo de 1941, Virginia Woolf llenó sus bolsillos con piedras y se lanzó al río Ouse dejándose llevar hasta las profundidades. Fue encontrada tres semanas después, dejando dos cartas de despedida para su marido y su hermana, y cumpliendo con lo narrado en su primera novela 1915, ‘Fin de viaje’.
10 frases de Virginia Woolf
Junto con sus novelas, Virginia Woolf dejó para la posteridad un sin fin de frases y pensamientos que fueron poco a poco recogidas, para que hoy podamos disfrutar como un llamamiento a la reflexión y al pensamiento propio, además de comprobar el estado de ánimo habitual de la escritora, con un aire pesimista y depresivo, fruto del trastorno bipolar que padecía.
«No dejemos de pensar: ¿qué es esta ‘civilización’ en la que nos encontramos? ¿Cuáles son estas ceremonias y por qué deberíamos participar en ellas? ¿Cuáles son estas profesiones y por qué deberíamos hacer dinero con ellas?».
«Tenía la intención de escribir sobre la muerte, solo la vida entró como siempre».
«Los ojos de los demás nuestras prisiones; sus pensamientos nuestras jaulas».
«Puedes bloquear tus bibliotecas si lo deseas; pero no hay puerta, ni cerradura, ni cerrojo que puedas poner sobre la libertad de mi mente».
«La belleza no era todo. La belleza tenía esta penalización: llegó demasiado rápido, llegó demasiado completamente. Tranquilizó la vida, la congeló».
«Porque más allá de la dificultad de comunicarse uno mismo, existe la suprema dificultad de ser uno mismo».
«Las mentiras fluirán de mis labios, pero tal vez haya algo de verdad mezclado con ellas…».
«La sociedad es todo y la sociedad no es nada. La sociedad es la invención más poderosa del mundo y la sociedad no tiene existencia alguna».
«Y sin embargo, la única vida emocionante es la imaginaria».
«Siento que todas las sombras del universo se multiplican en lo profundo de mi piel».
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