Un 18 de mayo de 1920 nace Karol Józef Wojtyla más conocido por todo como Juan Pablo II. De sacerdote fue obispo de Ombi, cardenal por el Papa Pablo VI y ya nombrado Papa, en el 1978. Veamos las 10 frases del Papa Juan Pablo II en el día de su nacimiento.
Su figura fue destaca en todos los ámbitos porque se convirtió en un defensor de los derechos humanos siendo el primer Papa no italiano en 400 años.
El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa de él vivamente. El amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el más fuerte de todos.
Las políticas familiares basadas en la esterilización masiva, en la promoción del aborto o del divorcio producen resultados dramáticos: la desintegración de la célula fundamental de la sociedad.
La juventud no está muerta cuando está cercana al maestro. 10 frases del Papa Juan Pablo II en el día de su nacimiento
El verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia, y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes.
El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad.
La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración.
La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.
Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida.
Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad.
No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen.
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