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16 años de su muerte sin ‘La Divina’ en 16 inolvidables imágenes

Vital, carismática, rebelde y con una belleza digna de admirar. Son solo algunos atributos que reunía Carmina Ordóñez. Hoy se cumplen 16 años de su fatídica muerte. Un adiós que ella misma había vaticinado al asegurar que «no voy a llegar viva a los 50». Tenía 49 años cuando fue hallada sin vida en su casa. Un mazazo para sus hijos y para quienes más la querían pero que no empaña la notable reminiscencia que dejó en la sociedad española. Hay muchas maneras de recordar a ‘La Divina’, una de las reinas del papel cuché pero nosotros queremos quedarnos con las imágenes han marcado su vida.

Este caprichoso y triste 2020, marcado por el estigma de la pandemia, Carmina habría cumplido 65 años. Su fallecimiento abrió informativos y conmocionó a todo el país. Sus hijos, Francisco y Cayetano Rivera y Julián Contreras han portado su legado con orgullo todo este tiempo y hoy en día se siguen recordando un sinfín de anécdotas de una mujer que le echó un pulso al destino y que se rebeló contra todos, contra todos. Así la recordaba Francisco Rivera hace unos días por su santo.

Criada en el seno de una acomodada familia de toreros, fue su padre, Antonio Ordóñez, quien se convirtió en un referente, el hombre de su vida. No importó el tiempo que pasó fuera de casa para cumplir con sus compromisos en los ruedos, ella siempre le recordó como un ídolo: «Gracias al sacrificio y a la entrega de mi padre, me ha dado cantidad de cosas. Pero también recuerdo de niña que ha habido muy pocos días de Reyes que he pasado con papá, porque estaba toreando en América. Eso es duro», confesaba Carmina Ordóñez en una entrevista en televisión.

Su belleza era tan espectacular que no pasaba desapercibida. Su dulce sonrisa y profunda mirada cautivaban. Poco a poco empezó a ocupar titulares en la crónica social, sobre todo a raíz de su matrimonio con Francisco Rivera ‘Paquirri’, uno de los mejores toreros de la época, cuando tan solo tenía 17 años. Carmina desafió lo preestablecido y se enfrentó hasta a sus padres, que no veían con buenos ojos el matrimonio. Sin embargo, el diestro la hizo feliz y le daría dos dos hijos que fueron su mayor regalo. En 1979 se separaron tras una serie de desavenencias sentimentales. Su etapa junto al exmarido de Isabel Pantoja da para un extenso análisis pero solo ilustra la importancia capital que tuvo el ‘cuore’ en la vida de Carmina Ordóñez, una mujer enamoradiza y a la que no le importó perder la cabeza por amor. Y eso que sufrió, vaya que sufrió, sobre todo al lado del bailarín Ernesto Neira, quien la maltrató física y psicológicamente, empujándola a vivir un infierno.

Las dos pasiones de Carmina Ordóñez

Si el amor fue su propulsor, su devoción fue su pasión. Carmina era mujer profundamente creyente. Era habitual verla en la romería de El Rocío, donde colmaba su fe católica y donde encontraba interminables fiestas en las que acaba convertida en protagonista indiscutible. Allí no existían los problemas y era como un oasis dentro de sus problemas, un desahogo.

Carmina Ordóñez, en la Semana Santa de Sevilla / Gtres

La otra gran cita religiosa a la que no faltaba era la Semana Santa de Sevilla. Solemne como ninguna, este festejo sacaba el lado más devoto de Carmina Ordóñez, que pertenecía a la cofradía de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Ha sido su hijo, Francisco Rivera, quien ha heredado el fervor de su madre y cada año cumple en su rol como costalero del Cristo de las Tres Caídas, protagonizando cada año una de las grandes imágenes de las procesiones en la ciudad hispalense.

Y es que no hay mejor manera de conmemorar estos 16 años sin Carmina que con sus 16 imágenes más icónicas. Unas instantáneas que guardan momentos inolvidables de una mujer que quiso cambiar las reglas a su manera. Su belleza, su estilo o su personalidad, siguen muy vivas todavía. Eterna Carmina.




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