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28 universitarios de la fiesta ibicenca en una residencia de Valencia se enfrentan a multas de hasta 30.000 euros


La Universitat Politècnica de València (UPV), una de las dos grandes universidades públicas de la capital, ha decidido cancelar a partir de este lunes las clases presenciales de todas sus titulaciones debido al “alto nivel de resultados positivos” que se van conociendo de un brote localizado en la residencia de estudiantes Galileo Galilei, ubicada en el propio campus. La docencia se impartirá de manera telemática, según comunicó el Rectorado el domingo por la noche a los estudiantes de la institución académica, que cuenta con cerca de 25.000 alumnos en Valencia. La Consejería de Sanidad confirma que de las 397 PCR resueltas [en las próximas horas se conocerán las 315 restantes], 120 son positivas por lo que ha prescrito un confinamiento de ocho días de toda la residencia.

El rector de la UPV, Francisco Mora ha reconocido este lunes que “esto es una maratón que va a durar mucho tiempo y por el bien sanitario, social y económico, apelamos a la responsabilidad de los estudiantes”, ha dicho el rector, quien ha confirmado que las clases presenciales seguirán online hasta que Sanidad rastree los casos. “Va a haber muchas más [PCR]”, ha afirmado Mora tras asegurar que la universidad tiene un código de convivencia e iniciará una investigación para conocer si los estudiantes lo han vulnerado.

La consejera de Universidades de la Generalitat valenciana, Carolina Pascual, ha reconocido que hay más casos en otros campus, como en la Universitat de València (UV) o en la Universidad CEU San Pablo, pero no son comparables con el brote de la Politécnica. Sanidad todavía está haciendo pruebas en esos campus y mientras tanto ha suspendido las prácticas de estudiantes de Ciencias de la Salud de todas las universidades de la provincia de Valencia entre el 6 y el 16 de octubre, dado que en el colegio mayor de Valencia residen alumnos de esta especialidad.

La situación del Galileo Galilei, de titularidad privada pero ubicado junto a los campus de las dos grandes universidades públicas valencianas, disparó todas las alarmas el pasado 1 de octubre cuando se detectaron al menos 13 contagios entre sus 650 residentes. Una fiesta ibicenca multitudinaria celebrada en la enorme azotea del edificio unos días antes, difundida por las redes sociales, y otros encuentros lúdicos en las habitaciones de la residencia hacían temer un contagio masivo. La dirección del centro asegura que la desalojó en cuanto tuvo conocimiento de ella pero la fiesta llevaba horas en marcha. Pero la Consejería de Sanidad y la Universitat Politécnica decidieron confinar a los alumnos en la residencia y realizar el pasado viernes 712 pruebas PCR en un polideportivo anexo.

Los resultados que se van conociendo de estas pruebas PCR arrojan un alto nivel de resultados positivos, lo que necesariamente debe conducir a ampliar el rastreo de contactos cercanos y por tanto a ampliar el margen de posibles contagiados en la comunidad universitaria. Por ello, de acuerdo con las autoridades sanitarias con las que la UPV está en continua comunicación y con el objetivo de evitar la propagación de los contagios, se ha decidido que a partir de hoy, 5 de octubre, la docencia de todas las titulaciones oficiales de la UPV en el Campus de Vera pase a modo online.

“La fiesta no estaba permitida, ni las actividades lúdicas que se programaron de inicio del curso. Pero la realidad es la que es. Los estudiantes son jóvenes y actúan a veces sin la responsabilidad requerida, aquí y en otros campus, pero tampoco hay que criminalizarlos”, señaló el director de la residencia, Vicente Picasarri, a este periódico. Sin embargo, el centro difundió por WhatsApp invitaciones a eventos de vóley playa y sesiones de tarde en la terraza durante el inicio del curso universitario.

“Yo no fui a la fiesta, pero mi habitación está en el primer piso y se oía perfectamente”, comentaba el viernes en la cola de los PCR una joven. “Mucha gente fue, pero no la mayoría, ni la mayoría nos comportamos igual”, señalaba otro. Un estudiante que prefirió permanecer anónimo, indicó que las fiestas son habituales en la residencia. “El fin de semana pasado la policía vino a la habitación que está al lado de la mía y los sacaron de allí. Pero la gente no entiende y seguirá haciendo fiestas y juntándose en habitaciones”, se quejaba.

En la Universidad Politécnica apenas había movimiento este lunes, con las clases presenciales suspendidas. Rafael Rubio, profesor de Industriales en la UPV, insiste en que el objetivo fundamental de los docentes, “al menos en nuestras clases”, es que no se contagie nadie, “y es lo que estamos consiguiendo. Lo que nuestros alumnos hagan fuera de las clases… Son mayores de edad”.

Otras universidades españolas, en previsión del impacto que la pandemia podía tener sobre las clases, han optado por la fórmula semipresencial de los alumnos o por retrasar el inicio de curso. Universidades como la de Sevilla, la Rioja o La Laguna han comenzado esta semana el periodo lectivo, y otras como la de Zaragoza lo harán el próximo día 14. La Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, con más de 45.000 estudiantes, se ha inclinado por el sistema remoto para que los estudiantes reciban clase dado que sus aularios están en una de las zonas de la capital con más incidencia de la covid. El primer curso de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la misma universidad ha optado por la misma fórmula durante unos días.

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