El confinamiento por la pandemia global del coronavirus, ha provocado que muchas personas sufran lo que se conoce como síndrome de la cabaña. Un fenómeno que se caracteriza por los altos niveles de ansiedad ante la simple idea de salir a la calle. Quienes sufren este síndrome tienen miedo de contactar con otras personas, coger el autobús… No se trata de un trastorno psicológico, sino más bien de una consecuencia «natural» después de pasar varias semanas confinados en casa.
En España llevamos más de 50 días de confinamiento, así que hay quienes se han adaptado a vivir confinados. Se sienten seguros y tranquilos en el interior de su hogar, y sufren ansiedad e irritabilidad si piensan en salir a la calle y retomar su rutina. ¿Se puede hacer algo al respecto? Sí. Esto es lo que recomiendan los expertos.
Salidas graduales
Lo primero y más importante es que las salidas deben ser graduales, de forma que debe ser uno mismo quien regule qué es lo que necesita y cómo lo necesita. Aprovechando que se puede salir a pasear y a hacer ejercicio en determinadas franjas horarias, lo ideal es utilizar estos ratos para ir graduando el contacto con el mundo exterior.
No a la frustración
Es esencial evitar la frustración. Si el primer día simplemente se dan unos pocos pasos, no pasa nada. Hay que tratar de utilizar las salidas para realizar algo que se adapte a los gustos y preferencias de la persona: pasear por la playa, disfrutar del sol… Si se asocia el hecho de salir de casa con una actividad placentera, todo resulta un poco más sencillo.
Atender a las necesidades
Cada persona es un mundo y, por lo tanto, su forma de gestionar el síndrome de la cabaña también. Hay que prestar especial atención a las emociones, aunque sean negativas, y aceptarlas. La aceptación es el primer paso en el camino de la superación.
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