Cada piel es distinta. Y lo que me va bien a mí no le va a tu amiga. Entonces a la hora de elegir tu crema facial debes tener presente varios parámetros.
Primero, saber qué tipo de piel tienes para aplicarte la que vaya mejor.
Tu edad
Aunque hay personas con 35 años que tienen piel de bebé y otras con 20 ya presentan una tez algo apagada, la edad dice mucho sobre nuestra epidermis. Lo verás porque al cumplir los 30 años normalmente las arrugas suelen aumentar y hay algo más de flacidez en zonas donde antes no la había.
Para esto cada crema será distinta según cada edad y más específicamente según la edad que tenga nuestra piel. Para saberlo con exactitud, entonces quizás es mejor que preguntas a tu esteticista o dermatólogo que te la examinará y podrá darte una edad más detallada, al margen de la que ponga en tu DNI.
Según el tipo de ingredientes
Para elegir la crema facial ideal para ti, debes tener presente los ingredientes que la forman. Sobre todo si tienes alergia a alguno de ellos. Esto y también los principios activos que determinarán que una crema sea más beneficiosa para hidratarse, otra para eliminar arrugas y otra para reafirmas determinadas zonas de nuestro rostro.
Lee bien las etiquetas, apuesta por aquellos ingredientes naturales que son más seguros y pregunta si no tienes claro qué es cada cosa.
¿Qué tipo de piel tengo?
Nuestra piel puede ser seca, grasa, mixta y también muy sensible. Debes tener claro qué piel tienes para acertar en tu crema cosmética. Ahora bien también debes pensar que a veces hay problemas hormonales que nos hacen pasar de una piel seca a otra más grasa y viceversa.
Cuando te compres la crema debes analizar el tipo de piel que tengas en ese momento y no el que tenías hace años, pues podemos tener algunos cambios, algo del todo normal.
El clima y temperatura
El clima y la temperatura determinan también cómo elegimos la crema que nos aplicamos. Si estamos ante un clima es cálido mejor escogemos la crema de formula suave, y si estamos en un lugar o una estación del año fría mejor una aceitosa, pero si no tenemos la piel grasa.