4 curiosidades sobre la ‘Puerta de Ishtar’

La Puerta de Ishtar es un símbolo de la antigua Babilonia. Seguro que si has estado en los museos de arqueología más importante de Europa hayas podido ver una puerta de gran tamaño, de color azul y con relieves dorados de animales míticos o reales. Son reconstrucciones de la que fuera la Puerta de Ishtar, una de las ocho entradas que había al recinto interior de la ciudad antigua de Babilonia.

¿Cuándo se construyó?

Sobre el 575 aC la construyó el rey Nabucodonosor II, siendo el acceso al templo de Marduk, una de los grandes diosas, del panteón de Babilonia, donde se oficiaban las fiestas de Año Nuevo. El nombre de la puerta dice que estaba consagrada a Ishtar, la que fuera diosa de la fertilidad, el amor, el sexo y la guerra.

Construida con lapislázuli

Además de su carácter religioso, lo que representaba era el poder y la riqueza con la que contaba esta ciudad, siendo realizada con lapislázuli, una piedra semipreciosa rara y muy valiosa. Esto hacía que la impresión de todo aquel que veía una puerta del tal tamaño con este material era grande.

Todo se completaba con relieve de grandes animales, toros, leones y dragones, los cuales estaban recubiertos con pátina dorada, así como cenefas de margaritas con esmaltes. Los textos históricos dicen que también era flanqueada con estatuas de esfinges, que se perdieron.

Figuró en la lista inicial de las siete maravillas del mundo antiguo

Dada su belleza, llegó a ser una obra de arte de las siete maravillas del mundo antiguo de las que habló el que fuera poeta griego Antípatro de Sidón, aunque más tarde fue reemplazada por el Faro de Alejandría.

A pesar de ello, terminó en ruinas, lo mismo que el resto de toda la ciudad, que terminaría abandonada sobre el siglo II a.C. Los restos de la puerta se descubrieron en las excavaciones de principios del siglo XX, siendo después recuperados por varios museos del mundo, en especial de Europa.

Varios prestigiosos tienen reconstrucciones de ella

Entre los museos que han llegado a elaborar reconstrucciones de esta icónica puerta, tal y cómo se piensa que pudo llegar a ser en su forma original, podemos hablar de las más impresionantes, caso del Louvre de París y en el Pergamon Museum de Berlín.

Si cuando vemos las reconstrucciones, en pleno siglo XXI seguimos maravillados, podemos imaginar cómo se sentirían los habitantes de la época al verla, todo un testimonio de lo que llegó a conseguirse en Babilonia.


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