Las monedas celtibéricas han tenido, o al menos eso nos parece, una vida corta, pero no fue así, además de indicarnos la gran evolución de los pueblos celtibéricos y sus relaciones con romanos e íberos. De la misma manera, valen para comprender las transformaciones económicos del momento y su organización social, así como las jerarquías de las ciudades.
Las monedas celtibéricas cuentan con una cronología que va, desde mediados del siglo II a.C. hasta finales de la época republicana, emitiéndose pocas en la etapa imperial.
Podemos distinguir dos grandes fases en las monedas:
1ª fase: 179 a.C
Graco vence a los celtíberos y les impone tributos que demandan la acuñación de nueva moneda.
2ª fase
Después de la reorganización de los romanos una vez cae Numancia, se generalizaron los usos de rótulos en el 133 a.C. además de adoptar el sistema de peso romano. Años más tarde, en el 82 a.C. se fueron intensificando las acuñaciones para afrontar así los gastos de las guerras sertorianas.
Vamos con una serie de curiosidades:
1. Las acuñaciones de moneda iban ligadas a momentos de guerras o necesidades concretas como el pago de los mineros
Eso no quiere decir que en épocas de paz no circulara moneda, sino que no se acuñaba nueva moneda.
2. Plata y bronce como materiales
La plata y el bronce eran los metales utilizados. En el caso de la plata, ya se usaba en época romana, pues con ella se pagaban impuestos.
3. Los rostros que aparecían en las monedas
En este aspecto, las que eran acuñadas en zonas próximas al litoral tenían estética griega y las de zonas del interior o las pertenecientes al último periodo eran más toscas. Los pueblos celtibéricos no estaban acostumbrado a representar al hombre, dando como resultado rostros poco expresivos.
Las monedas con valor fraccionario representaban animales, especialmente delfines. Las primeras monedas con este animal aparecieron en Ampurias y se expandieron hacia el interior.
4. La producción de las monedas no estaba centralizada
No había centralización a la hora de producirlas y tampoco se hizo ininterrumpidamente como decíamos anteriormente, pues ello se hacía según las necesidades del momento. Incluso no todos los pueblos acuñaron moneda, es el caso de los vacceos, que lo más seguro es que usasen las de los celtíberos o pueblos del norte que usaban láminas recortadas como si fueran moneda, según contó Estrabón.
Muchas de las monedas que han llegado hasta nosotros, ha sido debido a ocultaciones de momentos de conflicto, especialmente en las revueltas celtibéricas con especial mención del enfrentamiento entre Pompeyo y Sertorio.
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