Construida entre los Siglos XVII y XIV, la Catedral de Notre Dame es uno de los templos religiosos más importantes de todo el mundo. De estilo gótico, es la sede de la archidiócesis de París, la capital francesa.
Todos conocemos la historia del Jorobado de Notre Dame. Sin embargo, este personaje nunca existió en la vida real. Acerca de su origen la mayoría de las teorías apuntan a que surgió a raíz de un escultor jorobado que realizó diversos trabajos durante la construcción del templo. Fue él quien inspiró a Victor Hugo para escribir Nuestra Señora de París, la novela que narra la historia de amor de Quasimodo y Esmeralda. Descubre algunos misterios que envuelven la catedral de Notre Dame.
Juana de Arco
Uno de los principales misterios que rodean a la Catedral de Notre Dame tiene que ver con la muerte de Juana de Arco, quemada en la hoguera. Cuenta la leyenda que las gárgolas del templo despertaron y sobrevolaron París causando el pánico para vengar su muerte. A la mañana siguiente, las calles amanecieron con ciertos de cadáveres en ellas, de personas que no ayudaron a Juana de Arco a pesar de haber presenciado su muerte.
Puerta del Diablo
También se dice que la Catedral de Notre Dame albergaba en su interior la conocida como Puerta del Diablo. Se cree que dicha Puerta fue desencadenada por un cerrajero. Fue él el encargado de fabricar la puerta lateral del templo y quien ofreció su alma al Diablo a cambio de su trabajo. En apenas un día la Puerta estaba fabricada. Una obra de orfebrería de gran belleza, pero que le costó la muerte al cerrajero, quien apareció muerto en el interior de la Catedral.
Km0 de Francia
En España el kilómetro 0 se encuentra en la Puerta del Sol de Madrid. En el caso de Francia, el kilómetro 0 está ubicado en la Catedral de Notre Dame. En la plaza donde se encuentra hay un medallón que imita la Rosa de los Vientos. Marca el kilómetro 0, desde el que se miden las distancias en el país.
Incendio de 2019
Este año 2019 la Catedral Notre Dame ha sufrido un gran incendio, aunque no ha logrado borrar las gárgolas que constituyen una de las principales señas de identidad del templo. Sin embargo, el fuego sí ha destruido la emblemática aguja, construida en los Siglos XII y XIV.
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