Durante los seis años de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) se registraron en México 448 agresiones contra mujeres periodistas. Once de ellas fueron asesinadas y en seis casos se reconoció que el crimen estuvo relacionado con su labor informativa. Son datos de la asociación mexicana Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), presentados este jueves en Madrid, que hacen hincapié en otras formas de violencia ejercidas específicamente contra las mujeres. Amenazas en redes sociales usando fotos de sus hijos a la salida de la escuela, campañas de desprestigio sexualizadas o el allanamiento de sus casas para revolver cajones y esparcir por el suelo la ropa interior de las periodistas fueron algunos de los ejemplos expuestos. El informe Herencia de un sexenio: simulación y desplazamiento revela que los ataques contra las profesionales de la información aumentaron un 342% con respecto a los años de Gobierno de Felipe Calderón (con 131 casos).
“Peña Nieto nos deja un país hecho pedazos. Durante su periodo había una fiscalía especializada contra la libertad de expresión que ni investigó, ni juzgó, ni sancionó estas agresiones”, señala Lucía Lagunes, directora de CIMAC.
La Ciudad de México fue la entidad con mayor numero de incidentes registrados, un 17% del total. En segunda posición se encuentra el Estado de Veracruz, considerada una de las zonas más peligrosas del país para ejercer la profesión, con un 13%, y en tercer lugar está Puebla, con un 10%.
Noticias a un euro
Una noticia publicada en un periódico en México puede pagarse a un euro, ha explicado la directora de CIMAC, Lucía Lagunes. Muchos periodistas cobran por pieza. “La precariedad laboral también genera condiciones de vulnerabilidad. En ocasiones, la periodista ofrece la pieza a más de un medio y si es violentada, ninguno de ellos se hace cargo porque la reportera no pertenece a su plantilla”, afirma.
En el 88% de los casos hubo violencia psicológica, en el 35% física, en el 14% patrimonial, en el 7% sexual y en el 3% económica. Durante los últimos seis años, ocho periodistas han tenido que desplazarse a otra entidad y dos de ellas han debido salir del país.
“México es una democracia debilitada que tiene ante sí enormes retos. Uno de ellos, garantizar que el trabajo que hacemos las periodistas, no solo en las grandes ciudades, sino en los municipios, en la acción directa con los movimientos sociales, se realice en condiciones dignas y seguras”, afirma Lagunes. “No basta con que el mecanismo de protección [a periodistas] siga funcionando si las condiciones estructurales que están permitiendo que sean amenazados continúan”.
El 58% de las periodistas agredidas trabajaban en prensa escrita en el momento del ataque, el 26,5% en medios digitales, el 9,5% en radio, el 4,7% en televisión y el 1,6% en agencias de noticias.
Tres de cada cuatro profesionales agredidas eran reporteras y un 9,5% directoras. En el 74% de los casos cubrían informaciones de tipo político. Los funcionarios municipales (18%), los candidatos, militantes o simpatizantes de partidos políticos (16%) y los funcionarios estatales (16%) son identificados como los principales agresores.
Lagunes se ha mostrado crítica con la postura del nuevo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador con respecto a los periodistas. “Señalar a los medios como los enemigos no es un buen inicio. En el caso de las periodistas, el sexismo tampoco ayuda. No ayuda si la figura principal de la política en lugar de responder dice: ‘No voy a hablar de eso, corazoncito’ [en referencia a la respuesta del mandatario a una reportera en septiembre pasado], o da un beso en la mejilla a la periodista (…) Fomentar las imágenes sexistas y misóginas no ayuda para la democracia mexicana que queremos construir las mujeres”.
El informe de CIMAC, cuyos datos han sido recabados por la organización a través del contacto directo con las periodistas afectadas, ha sido promovido por la cátedra UNESCO de comunicación. Durante el acto de presentación, la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, Victoria Prego, ha calificado la situación de los periodistas en México como “dramática” y se ha referido a ellos como “auténticos héroes”. Según datos de la organización Article 19, entre 2012 y 2018 fueron asesinados 47 periodistas en el país. Por su parte, Bernardo Díaz Nostoy, director de la Cátedra de Comunicación de la Universidad de Málaga ha señalado que en el caso de las agresiones contra las mujeres hay “matices diferenciales que CIMAC ha conseguido disociar para hacer visibles problemas específicos que tienen que ver con la violencia sobre las mujeres periodistas”. Lagunes citó el caso de una reportera que a los pocos días de dar a luz recibió en su casa una canastilla de bebé con una foto del recién nacido tomada en la cuna del hospital. “El hecho de no mirar lo que ocurre con las mujeres periodistas genera una enorme vulnerabilidad. La invisibilidad de su trabajo provoca que las agresiones queden igualmente ocultas y poco se pueda hacer para revertir la situación”.
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