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5 cementerios que los más curiosos no se deberían perder

Visitar los cementerios más peculiares es la motivación de muchos curiosos, que recorren el mundo en busca de camposantos sorprendentes. Y es que no todos los cementerios son como te imaginas. Hay lugares increíbles escondidos en todos los rincones del planeta. En el libro ‘La vuelta al mundo en 80 cementerios’ se cuenta la historia de muchos de ellos. Pero para abrir boca, su autor Fernando Gómez nos ofrece un pequeño aperitivo hablándonos de estos cinco cementerios que deberías visitar antes de morir.

Cementerio de muñecas (Xochimilco, México)

Los canales de Xochimilco, situados al sur de la Ciudad de México, están bordeados por islas a las que se accede en trajineras. En una de esas islas se encuentra una singular necrópolis: no es un cementerio al uso, es un cementerio de muñecas. Muñecas rotas y deterioradas se encuentran diseminadas por la isla como si fueran el único fruto que es capaz de producir su tierra.

Cementerio Inglés (Málaga, España)

A comienzos del siglo XIX, Málaga ya tenía varios cementerios en funcionamiento, que acogían a los católicos, pero eran muchos los extranjeros protestantes que residían en los pueblos de la costa andaluza y que por cuestiones religiosas no podían ser enterrados en las localidades en las que estaban asentados. En 1824 llegó a Málaga, recién nombrado cónsul británico, William Mark, quien vio necesaria la creación de un cementerio para dar cabida a los protestantes. En un terreno solitario frente al mar trazaron las líneas del que sería el actual Cementerio Inglés de Málaga, el primer cementerio protestante de España.

Portada del libro ‘La vuelta al mundo en 80 cementerios’ de Fernando Gómez

Nirvana Memorial Garden (Ciudad de Singapur, Singapur)

Que el morirse cuesta dinero es una realidad tan obvia que resulta innecesario recordarla. El Nirvana Memorial Garden se encuentra en Singapur y sin duda es uno de los cementerios más sofisticados y posiblemente más caros del mundo. Tiene una capacidad de 50.000 nichos distribuidos en once suites diseñadas conforme a los preceptos que marca el feng shui, buscando el bienestar y la armonía del individuo con su entorno. Para comodidad de sus clientes, próximamente se inaugurará un restaurante de lujo para que los visitantes encuentren más agradable la estancia en tan doloroso trance.

Cementerio Azael Franco (Tulcán, Ecuador)

El principal atractivo de este camposanto no son las tumbas, sino los cipreses talados al más puro estilo de Eduardo Manostijeras. La obra de los jardines fue iniciada por José María Azael Franco, que ostentaba el cargo de jefe de Parques del municipio de Tulcán. La tierra caliza de la que está compuesto su suelo favoreció el implante de cipreses, y a partir del décimo año de su plantación ya estaban listos para su primera poda. A partir de ese instante, Azael Franco fue conformando figuras de acuerdo a su imaginación. Extrajo de su ramaje gatos gigantescos, caras de presumibles reyes incas o mayas y cientos de figuras geométricas de maravillosa factura. Tanta fue su dedicación que en el año 2007 el camposanto se rebautizó con la justa denominación de Cementerio Azael Franco.

Friedhof Grunewald-Forst (Berlín, Alemania)

Al este cementerio se le conoce también como el cementerio de los Sin Nombre y como el cementerio de los Suicidas. Grunewald es un bosque que se encuentra situado al este de la ciudad de Berlín y está bañado por las aguas del Havel. Este río forma cerca del camposanto una curva que ocasiona que de vez en cuando los cuerpos de los ahogados recalen en ese punto de la orilla y queden allí varados. En muchas ocasiones, esos ahogados son suicidas. En el siglo XIX esa situación ofrecía dificultades añadidas, ya que las iglesias cristianas negaban a los suicidas el entierro en sus cementerios. Ese contratiempo fue lo que los hizo decidirse a sepultar a los muertos cerca de un claro del bosque, de una manera que podría considerarse en cierto modo clandestina.


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