A pesar de que todavía es pronto para hacer previsiones de cara a los meses de julio y agosto, poco a poco vamos conociendo nuevos detalles que nos ayudan a entender cómo serán las vacaciones de verano de este año. Hay algo que está claro, y que no tendrán nada que ver con las de años anteriores. Nada de irse a la otra punta del mundo o de reservar un hotel en la costa: se espera el turismo de proximidad, o como mucho los viajes a la casa del pueblo o a segundas residencias.
Por turnos a la playa
Las medidas de distanciamiento social continuarán durante varios meses, e incluso hay quienes hablan de años. Por lo tanto, los expertos creen que podremos ir a la playa por turnos. Se crearán grupos en función de diversos factores, como la edad o si ya han pasado el coronavirus.
Mamparas de plástico en la playa
Una empresa italiana parece que ha dado con la solución para garantizar que se mantiene la distancia de seguridad en la playa: cubículos de plástico transparentes, de forma que cada persona permanezca aislada en su tumbona.
Sin darse un baño
Los vientos marinos son uno de los principales factores de dispersión del virus, así que quizá este verano no podamos bañarnos en el mar.
Pulseras identificadoras en los restaurantes
Los hosteleros están estudiando diferentes opciones para poder abrir en verano, como las pulseras identificadoras para que, en caso de que una persona esté contagiada de coronavirus, puedan saber quiénes más estaban en el restaurante con él o con ella.
Sin extranjeros
Si hay algo que está claro sobre las vacaciones de verano es que será una temporada sin extranjeros. Viviremos por lo tanto un escenario muy parecido al de los años 70, cuando las familias viajaban con sus coches a las casas del pueblo y a apartamentos en la playa.
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