Cuando pensé por primera vez en la idea de lo que se convertiría en Jobber, nunca podría haber imaginado que algún día sería el CEO de una compañía tecnológica con casi 100,000 clientes activos en más de 45 países. Y que haría esto junto a un completo desconocido a quien conocí durante un encuentro casual en una cafetería.
Cuando piensa por primera vez en iniciar una empresa, la mayoría de las personas lo hacen solas o se asocian con alguien que conocen, como un amigo, un familiar o un ex colega. Pocos considerarían perseguir su sueño emprendedor con un extraño. Sin la debida diligencia debida, la cofundación de una empresa con un extraño puede parecer un pago inicial de una nueva casa sin abrir la puerta de entrada. Si bien este podría no ser el camino correcto para todos, fue absolutamente el mejor movimiento para mí.
Jobber es una prueba de que comenzar una empresa con un extraño no solo es factible, sino que incluso puede ser una ventaja.
La búsqueda de una asociación comercial sin una relación previa ha permitido que mi cofundador Forrest Zeisler y yo seamos más honestos y comunicativos entre nosotros mientras trabajamos hacia un objetivo claro y común desde el principio. La capacidad de llegar a grandes decisiones y tener un debate productivo sin el equipaje y el sesgo de una relación preexistente ayudó a establecer la cultura orientada a la retroalimentación de Jobber, que está arraigada en el ADN de la empresa. Atribuyo el éxito temprano de nuestra empresa a nuestro enfoque en la construcción de una asociación comercial sólida y honesta primero.
Para los aspirantes a emprendedores que buscan lanzar una empresa, he identificado cinco consejos que realmente me ayudaron a generar confianza, camaradería y entendimiento mutuo con mi socio cofundador, una asociación que puede resistir la intensa competencia y la prueba del tiempo.
Comienza pequeño y apunta a lo grande
No sabía que Forrest se convertiría en mi cofundador cuando nos conociéramos. Como desarrollador autodidacta, buscaba ayuda de desarrollo más sofisticada para el proyecto en el que estaba trabajando. Durante las primeras etapas de nuestra relación, presentaba un problema, como aspectos técnicos con el código, y él me ayudaba con él. A través de estas interacciones iniciales, quedó claro cómo funciona la mente de Forrest, y aprendimos que trabajamos realmente bien juntos. En ese momento, no pensaba en estas tareas como “pruebas” de compatibilidad, pero en retrospectiva, lo eran. Si no puede superar los pequeños obstáculos de manera amigable y eficiente, ¿cómo espera enfrentarse a las cosas grandes? No es una buena señal para una relación comercial a largo plazo.