Si tiene un buen conocimiento de la comida y de cómo cocinar, puede realizar su propia clase de cocina. Esto es especialmente cierto si eres un experto en cierto tipo o estilo de cocina. Por ejemplo, si tiene experiencia en cocina étnica, una clase de cocina impartida por usted podría resultar invaluable para otros chefs caseros. Lo siguiente le ayudará a crear un plan de estudios para su propia clase de cocina.
Lo primero es lo primero
Antes de decidirse por impartir la clase conviene tener en cuenta algunas piezas importantes. El lugar donde se lleva a cabo la clase es el primero. ¿Vas a realizar la clase en tu casa, en un centro comunitario o en la cocina de la iglesia? Considere el equipo disponible para usted y lo que puede tener que abastecerse. ¿Las personas tendrán sus propias superficies para cocinar disponibles o será una clase de estilo “mostrar y contar”? La otra cosa a considerar serán los ingredientes disponibles. ¿Los estudiantes tendrán que proporcionar sus propios ingredientes o se los proporcionarán? Si se requiere que el participante traiga algún material, esto debe quedar claro al registrarse para la clase. También puede ser útil una lista de dónde los estudiantes pueden encontrar los materiales.
Teoría antes que práctica
Cuando se enseña a cocinar a personas que pueden no ser muy hábiles, nunca han cocinado antes o tienen un conocimiento muy limitado, es una buena idea comenzar por el principio. Cuando comienza una clase de cocina, sus estudiantes deben conocer los fundamentos de la cocina. Estos conceptos básicos de cocina pueden incluir el tipo de sartenes que usará en su clase, por qué usa ciertos utensilios y explicaciones detalladas de varias técnicas de cocina. También querrá enseñarles las reglas de la cocina, la seguridad de los electrodomésticos y la seguridad de los cuchillos. Repase cuáles son sus planes antes de dejarlos cocinar.
Prepare folletos
Toda buena clase de cocina necesita folletos. Debe incluir información y recordatorios de conceptos importantes que desea que recuerden. También debe incluir las recetas que les mostrarás cómo hacer. Trate de hacer esto antes de que comience su clase.
Empieza pequeño
No querrás meter a tus alumnos en una lección práctica de cocina haciendo que cocinen una comida elaborada de 5 platos. Comience con platos pequeños con ingredientes limitados. Considere lo que planea hacer durante la duración de la clase y comience con el plato más simple que pueda imaginar. Si está impartiendo una clase de cocina sobre la cocina estadounidense clásica, puede comenzar la clase sobre cómo cocinar huevos fritos y tocino. A medida que avanza de platos para principiantes a platos más desafiantes, puede incluir trucos de cocina útiles. Por ejemplo, si está preparando huevos con el lado soleado hacia arriba, puede enseñarles que cocinar a fuego lento y cubrirlos con una sartén más pequeña eliminará la baba de huevo.
Tiempo de prueba
Cada clase de cocina debe tener algún tipo de prueba que los estudiantes deban tomar para avanzar a la siguiente lección. Incluir un examen práctico basado en sus conocimientos generales de cocina. También incluye un examen práctico de cocina, donde tienen que preparar adecuadamente un plato que les enseñaste en clase. Si no tiene cocinas disponibles para todos los estudiantes, puede hacer que cocinen en casa y traer la clase de alimentos para calentar y compartir con los demás.
Competencia
Permita que sus alumnos experimenten con la comida. Esto le mostrará cuánto han aprendido. Proporcione canastas misteriosas de ingredientes para que las usen los estudiantes. Asegúrese de haber proporcionado la información adecuada sobre los ingredientes para que la tarea sea un poco menos confusa. Juzga los platos y declara un ganador absoluto.