¿Has oído hablar alguna vez de la isla Podestá? ¿Y la isla de Maida? Si es así y has sentido curiosidad por situarlas en un mapa te habrás dado cuenta de que es imposible. ¡Ya no figuran en ninguno! Aunque hubo un momento en el que sí que lo hicieron. Este fenómeno ha sido tratado por Malachy Tallack en su libro ‘Islas des-conocidas’, un homenaje a todas esas islas que han desaparecido de los mapas modernos, pero que aún nos hablan de cómo hemos forjado nuestra imagen del mundo.
“Estas islas fueron producto de la imaginación, de engaños o de errores humanos”, explican desde la editorial GeoPlaneta. “Algunas de ellas han contribuido a forjar culturas, mientras que otras no han despertado la atención de casi nadie. Unas son extrañas y fabulosas, mientras que otras son plenamente verosímiles. Todas ellas reflejan de algún modo los valores de su tiempo, y todas ellas han enriquecido la geografía de la mente”.
A continuación te hablamos de cinco ejemplos de islas fantasmas que aparecen en el libro:
Isla de Elizabeth
Descubierta en 1578 por uno de los grandes exploradores británicos, Francis Drake, la isla de Elizabeth estaba situada en el extremo sur de Sudamérica. Fue una de las primeras reivindicaciones británicas en ultramar (junto a la isla de Baffin por Martin Frobisher el año anterior). Pero, por desgracia, nadie sabía muy bien a qué porción de territorio se refería realmente este nombre, así que la reivindicación importaba poco.
Maida
La isla de Maida hizo su aparición muy pronto en las cartas marinas europeas, aunque su origen no tiene una explicación clara. Casi siempre con forma de media luna, primero se situó en el Atlántico, al oeste de Bretaña, pero gradualmente se fue desplazando hacia Norteamérica. A pesar de que nunca ha sido visitada, ni reclamada por ningún país, Maida figuró en el mapa de Rand McNally hasta 1906.
Isla Dougherty
Una de las diversas islas inexistentes en el extremo sur del océano Pacífico, Dougherty fue avistada al menos tres veces entre 1841 y 1886. Pero ese fue el final de la historia. El capitán Scott estuvo buscando la isla en 1904, pero no halló ni rastro, y John Davis efectuó una minuciosa e infructuosa búsqueda en 1909, des-conociendo en su lugar las islas Nimrod, la isla Esmeralda y las islas de la Royal Company.
Rupes Nigra
El mapa de Gerardus Mercator de las regiones polares del norte, publicado póstumamente en 1595, es una obra cartográfica bella y ambiciosa. En el centro se encuentra Rupes Nigra, una montaña tan alta que llega hasta las nubes, rodeada de enormes remolinos oceánicos. En cuanto a la geografía especulativa, una montaña magnética en el polo Norte tenía, al menos, cierta lógica. Pero, como la mayor parte de ese mapa, carecía de toda base real.
Isla Podestá
Vista por primera vez en 1879 por el capitán, de maravilloso nombre, Pinocchio, en el océano Pacífico al oeste de Chile. Según constaba en el informe del capitán, la isla era pequeña, con un perímetro de menos de dos kilómetros y se alzaba tan sólo doce metros por encima del nivel del mar. Tampoco existe y fue gradualmente borrada de los mapas durante el siglo XX.
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