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8 parejas de anime cuya ruptura sería una bendición


El romance en el anime puede ser evocador, con personajes que se miran suavemente, pronuncian confesiones sinceras y dramatizan el tipo de amor que vale la pena ver en la pantalla. Sin embargo, no todas las relaciones deberían sobrevivir. Algunas parejas se ven lindas en la pantalla, pero si las miramos más de cerca, sus relaciones están plagadas de problemas y una toxicidad intolerable.

Hay parejas que sacan lo peor de cada uno sin quererlo; parejas que se aferran a sí mismas por miedo a perder, o que siguen lastimándose porque no conocen nada mejor. Estas son relaciones con la base equivocada que nunca debieron existir. Y cuando miras de cerca, comienzas a ver que romper es la mejor decisión para ellos.

Shizuku y Haru – Mi pequeño monstruo

Shizuku y Haru son un dúo adorable, la chica inteligente y seria y el chico caótico con un corazón de oro. Sin embargo, su relación es como colocar una vela al lado de un huracán y rezar por lo mejor. Los arrebatos impulsivos de Haru constantemente hacen perder el equilibrio a Shizuku, y ella pasa más tiempo manejando sus emociones que las suyas.

Una ruptura no sería una tragedia; sería un respiro. Shizuku finalmente pudo concentrarse en sus sueños sin tener que cuidar las tormentas emocionales de Haru. Por otro lado, Haru podría finalmente aprender a ser responsable y madurar emocionalmente cuando ya no tenga a alguien siempre limpiando detrás de él. Su separación podría ser lo que finalmente les ayude a madurar.

Mei y Yamato – Di “Te amo”

Mei y Yamato claramente se preocupan el uno por el otro, pero su relación tiene una base inestable desde el principio. Mei, que lucha contra la confianza y la vulnerabilidad, siente constantemente que camina de puntillas en la relación. Mientras tanto, Yamato tiene buenas intenciones, pero a veces pasa por alto por completo sus señales emocionales, lo que hace que Mei se sienta invisible.

Dada la mala dinámica de su relación, separarse es necesario para la relación. Mei merece el espacio para generar confianza sin temor a ser lastimada nuevamente, y Yamato necesita aprender a estar atento en formas que vayan más allá de los lindos gestos. Eventualmente podrían terminar con socios que complementen su crecimiento en lugar de desencadenar sus inseguridades.

Arima y Yukino: circunstancias para él y para ella

Arima y Yukino son icónicos, pero su relación es agotadora tanto para ellos como para los espectadores. Ambos personajes se esconden detrás de la perfección, pretendiendo estar bien incluso cuando se están desmoronando. Su amor se convierte en una máscara en lugar de un espacio seguro, y esa fachada poco a poco se convierte en una jaula.

Una ruptura podría ser la primera vez que experimentan la vida sin presiones, juegos de perfección, ocultamientos emocionales o pretender ser la “pareja ideal”. Yukino finalmente podría descubrir quién es ella sin adaptarse a otra persona, y Arima podría enfrentar sus batallas internas sin depender de la calma de Yukino como escudo. Separarse no los destruiría; podría ser la primera cosa genuinamente honesta que hagan.

Kotoko e Irie – Beso travieso: Amor en Tokio

Kotoko ama a Irie con una devoción incansable, pero desafortunadamente, él no le devuelve la energía. Ella invierte todo (tiempo, energía, afecto) en tratar de ganárselo, e Irie a menudo la recibe con frialdad o tolerancia pasiva. Su relación es claramente desigual, y sólo uno de los dos recibe afecto.

Si se separaban, la perspectiva de Kotoko cambiaría. Finalmente se vería obligada a construir una vida en la que ella sea el personaje principal, no alguien que orbita alrededor de la aprobación de Irie. ¿Y Irie? Perder a Kotoko podría ser la primera vez que se dé cuenta de cuánto trabajó ella emocionalmente por él. Su ruptura dolería, pero para ellos es una opción más saludable permanecer separados.

Tsukasa y Makino – Chicos sobre flores

Tsukasa y Makino tienen una química intensa y dramática, pero su relación es básicamente una colección de banderas rojas ondeando en cámara lenta. El orgullo, el temperamento y el comportamiento controlador de Tsukasa a menudo ponen a Makino en situaciones emocionalmente agotadoras. Aunque intenta ver lo mejor en él, la realidad es que termina perdonándolo con demasiada frecuencia, incluso cuando él cruza líneas que deberían haber sido un factor decisivo.

Una ruptura le daría a Makino la libertad de volver a respirar. Podría redescubrir su propia identidad en lugar de adaptarse constantemente para sobrevivir a los estados de ánimo de Tsukasa. Y Tsukasa necesita desesperadamente el control de humildad. Perder el perdón incondicional de Makino podría ser lo único lo suficientemente fuerte como para impulsarlo hacia una verdadera madurez emocional.

Erika y Kyouya – Chica Lobo y Príncipe Negro

La relación de Erika y Kyouya es linda a primera vista, pero francamente enfermiza en el fondo. Kyouya es controladora, desdeñosa y emocionalmente fría, mientras que Erika se dobla para tomar formas sólo para ganarse una migaja de afecto. Es el tipo de relación que parece romántica en el papel pero que en la realidad resulta asfixiante.

Si se separaban, Erika finalmente se liberaría de la constante ansiedad de intentar complacerlo. Podría convertirse en alguien que se ame lo suficiente a sí misma como para exigir algo mejor. Kyouya, por otro lado, se vería obligado a enfrentarse a sí mismo sin la red de seguridad de alguien que absorbe sus peores rasgos. Una ruptura podría ser el shock que necesita para entender la empatía en lugar de la autoridad.

Takumi y Nana (Hachi) – Nana

Takumi y Hachi son la definición de “lugar equivocado, momento equivocado, bagaje emocional equivocado”. Hachi ama profundamente, casi demasiado, y Takumi responde a su calidez con inconsistencia y egoísmo. Su relación la agota poco a poco, hasta que apenas se reconoce a sí misma.

Una ruptura sería un punto de curación para Hachi. Podría salir del laberinto emocional que crea Takumi y comenzar a forjar su propia identidad nuevamente, eligiéndose a sí misma en lugar de esperar a que alguien la elija. Takumi también podría crecer a partir de la pérdida, viéndose finalmente obligado a reconocer las consecuencias de su negligencia emocional. A largo plazo, separarse es probablemente la decisión más ideal que podrían tomar el uno para el otro.

Yano y Nanami – Estuvimos allí

El amor de Yano y Nanami es apasionado, crudo y desgarradoramente confuso. Pero debajo del romance hay un patrón de inestabilidad emocional que los desgasta a ambos. El trauma no resuelto y el comportamiento impulsivo de Yano arrastran constantemente a Nanami a tormentas que no puede controlar, y ella responde sacrificando sus necesidades una y otra vez sólo para mantener la paz.

Con una ruptura bien merecida, Nanami finalmente pudo salir de la pesadez emocional y priorizar su propio bienestar. Yano, por otro lado, necesita desesperadamente tiempo a solas para afrontar su dolor en lugar de apoyarse en alguien que sigue resultando herido en el proceso. Su amor es real, pero a veces el amor no es suficiente cuando la curación es necesaria.

Fecha de lanzamiento

3 de julio de 2006

Directores

Koichiro Sotome, Akitaro Daichi

Escritores

Mamiko Ikeda

Franquicia(s)

Estábamos allí



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