HELSINKI – Mujer ambiciosa y carismática, la socialdemócrata Sanna Marin ha tenido una carrera política fulgurante que culminará esta semana cuando, pese a su corta experiencia, sea nombrada a sus 34 años recién cumplidos la primera ministra más joven de la historia de Finlandia.
Tras apenas seis meses en el poder ejecutivo de Helsinki, donde ocupaba la cartera de Transporte y Comunicaciones, Marin fue la primera persona en postularse para suceder en la Jefatura del Gobierno a Antti Rinne, quien se vio forzado a dimitir el pasado martes después de perder la confianza de sus socios del centro liberal.
El ultimátum de los centristas, que amenazaron con respaldar una moción de censura de la oposición si Rinne no renunciaba de inmediato, obligó al Partido Socialdemócrata (SDP) a elegir un nuevo candidato a primer ministro para salvar la coalición de centro-izquierda y evitar elecciones anticipadas.
La persona elegida por el SDP fue Marin, quien en una reñida votación se impuso por 32 votos contra 29 a su único rival, el portavoz parlamentario socialdemócrata, Antti Lindtman.
La joven política, quien además ocupa la vicepresidenta del SDP, representa al ala más progresista y ecologista del partido, por lo que los analistas auguran un ligero giro hacia la izquierda para los tres años y medio que restan de legislatura.
“Vengo de una familia con pocos recursos y yo no hubiera tenido posibilidades de tener éxito y progresar si no tuviéramos un sólido estado de bienestar y un buen sistema educativo”, afirmó en una entrevista a un medio local.
Feminista convencida y defensora de los derechos de las minorías sexuales, se crió en una familia formada por su madre lesbiana y su pareja décadas antes de que la ley finlandesa reconociera el matrimonio homosexual.
“Soy de una familia homoparental y eso sin duda me ha condicionado para que la igualdad, la paridad y los derechos humanos sean muy importantes para mí”, ha asegurado.
Nacida en 1985 en Helsinki, de pequeña se trasladó con su familia a Tampere, la tercera ciudad de Finlandia, donde se graduó en Administración Pública.
Miembro de las juventudes socialdemócratas desde muy joven, su carrera política dio un salto en 2010, cuando entró a formar parte del comité nacional del SDP a pesar de su escasa experiencia.
En 2012 fue elegida concejal del ayuntamiento de Tampere y en 2015, con 29 años, consiguió su primer escaño en el Eduskunta (Parlamento finlandés), aunque el SDP registró los peores resultados de su historia (el 16.5 % de los votos).
Su mezcla de firmeza, simpatía y carisma le permitió ascender en el organigrama del SDP hasta alcanzar la vicepresidencia del partido en 2017, entonces liderado por el exsindicalista Antti Rinne.
Al inicio de la campaña electoral del pasado abril, con Rinne convaleciente de una grave enfermedad, Marin tomó con firmeza las riendas del SDP hasta que el líder socialdemócrata se recuperó totalmente.
En esos comicios el SDP logró una agónica victoria sobre el partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, al que se impuso por apenas 7,000 votos, en el primer triunfo socialdemócrata de las últimas dos décadas.
El ascenso de la ultraderecha complicó la formación de un gobierno con mayoría parlamentaria, una situación que finalmente se solventó con la creación de una coalición de centro-izquierda de cinco partidos.
Sin embargo, la coalición duró apenas seis meses unida, hasta que los liberales del Partido de Centro retiraron su confianza al primer ministro Antti Rinne y exigieron su dimisión, lo que dejó libre el camino a la Jefatura del Gobierno a Sanna Marin.
Ahora su principal cometido, además de dirigir el poder ejecutivo, será tratar de recuperar el respaldo popular que el SDP ha perdido durante estos seis meses de gobierno y frenar el ascenso de Verdaderos Finlandeses, a quienes las encuestas sitúan actualmente como primera fuerza del país nórdico.
Además, deberá compatibilizar su trabajo con el cuidado de un hijo que cumplirá 2 años el mes próximo.