ISLAMABAD — Un tribunal paquistaní condenó este sábado a la pena de muerte a un académico por publicar contenido supuestamente blasfemo contra el islam en Facebook, en un caso que ha causado denuncias de grupos de derechos humanos internacionales.
“Él (Junaid Hafeez) deberá ser colgado del cuello hasta su muerte”, dictó el juez Kashif Qayyum, en la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe.
Qayyum condenó al acusado también a cadena perpetua y a 10 años de cárcel, que cumplirá consecutivamente, además impuso una multa de 100,000 rupias (unos 580 euros).
El académico de 33 años aún tiene dos instancias en las que podría apelar esta decisión.
La audiencia se celebró en la Prisión Central de Multan (oeste) y el juez anunció allí el veredicto por razones de seguridad, dijo un portavoz del tribunal, Shafique Ansari.
Hafeez fue denunciado en marzo de 2013 por publicar contenidos supuestamente blasfemos en Facebook por sus propios alumnos de la Universidad Bahauddin Zakariya, donde enseñaba Literatura Inglesa.
El fiscal Athar Bukhari dijo que los investigadores recuperaron material antirreligioso de la laptop de Hafeez, quien además fue multado con el equivalente a $3,200.
Tras ser encarcelado ese mismo año, ha estado en confinamiento y aislado desde entonces.
Uno de sus abogados, Rashid Rehman, fue asesinado en su oficina en mayo de 2014 por un grupo de hombres armados, a pesar de que había denunciado amenazas de muerte por defender al acusado de blasfemia y pedido protección policial en vano.
Hafeez consiguió una beca Fulbright para estudiar en 2009, literatura en la Universidad Jackson State en Estados Unidos, país que le incluyó a principios de mes en su lista de “víctimas de libertad de religión o creencias”.
Grupos de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han criticado duramente a las autoridades paquistaníes por este caso.
“El caso de Junaid es un horror. Las autoridades paquistaníes deben derogar rápidamente las leyes contra la blasfemia”, afirmó Amnistía Internacional recientemente en un comunicado.
La dura ley antiblasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica y fue reformada por el dictador Zia-ul-Haq en la década de 1980, permitiendo el abuso de la norma.
Desde entonces, se han producido un millar de acusaciones por blasfemia, un delito que en Pakistán puede llevar aparejada la pena capital, aunque nunca se ha ajusticiado a ningún convicto al respecto.
Si bien las autoridades aún no han cumplido una sentencia de muerte por blasfemia, incluso la mera acusación puede causar disturbios. Grupos nacionales e internacionales de derechos humanos dicen que las acusaciones de blasfemia a menudo se han utilizado para intimidar a las minorías religiosas y para ajustar cuentas personales.
Un gobernador de Punjab fue asesinado por su propia guardia en 2011 después de defender a una mujer cristiana, Aasia Bibi, quien estaba acusada de blasfemia.
Bibi fue absuelta en enero después de pasar ocho años en el corredor de la muerte en un caso que atrajo la atención de los medios internacionales. Debido a amenazas de muerte de extremistas islámicos tras su liberación, en mayo llegó a Canadá para reunirse con sus hijas.