La startup francesa Doctolib comparte algunas métricas en su función de consulta de video. Si bien el inicio comenzó como una forma de ayudar a los médicos a administrar las citas y permitirles aceptar citas en línea, la compañía ha estado aprovechando su gran comunidad de profesionales de la salud para agregar consultas en video.
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, los usuarios han reservado 2,5 millones de citas en línea en Francia y Alemania. Más de 31,000 médicos ofrecen consultas por video y 872,000 pacientes han usado el servicio al menos una vez en las últimas cinco semanas.
Por lo general, Doctolib cobra a los profesionales una tarifa mensual para acceder al servicio y usarlo para reemplazar su calendario. Los profesionales pueden optar por pagar € 79 adicionales por mes ($ 90) además de su plan estándar de Doctolib para comenzar a aceptar citas remotas.
Durante la epidemia, la startup ha optado por renunciar a las tarifas de suscripción de consultas por video. Es lo correcto, pero también es una excelente manera de convencer a más profesionales para que comiencen a aceptar citas remotas.
El resultado es un crecimiento explosivo. Doctolib saltó de 1,000 a 100,000 consultas de video por día en solo un mes. La buena noticia es que no es solo para los jóvenes: el 28% de los usuarios que reservan una cita en línea tienen 55 años o más.
Esas citas cumplen con el sistema nacional de salud de Francia. Los pacientes reciben un reembolso como una cita normal. Pero hay algunas restricciones legales. Por lo general, no puede reservar una cita remota y obtener un reembolso si el médico aún no lo conoce.
Pero esa restricción se ha levantado durante el bloqueo. Veamos si el impulso se mantendrá cuando el sistema nacional de salud ponga límites a las consultas por video.
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