El problema del agua es un reto que hay que atender desde un punto de vista casi de seguridad nacional, dijo Gerónimo Gutiérrez, exembajador de México en EU.
Si no se moderniza la infraestructura para lograr un mejor uso y cuidado del agua en la región fronteriza, seguirán creciendo los conflictos y presiones en los estados del norte, señaló Gerónimo Gutiérrez, exembajador de México en Estados Unidos.
En entrevista para Aristegui en Vivo, Gutiérrez destacó la gravedad y la dimensión jurídica de casos como el enfrentamientos entre la familia LeBarón y miembros del Barzón en Chihuahua.
“Hay un gran problema, y un reto que hay que atender del agua en la frontera; desde un punto de vista casi, casi de seguridad nacional”.
“La región fronteriza combina elementos muy preocupantes”, explicó. “Uno, como dicen los expertos, que es una zona de enorme estrés hídrico; es decir, que tiene en general poca agua; dos, que se ha ido deteriorando la infraestructura del agua en muchas partes de la frontera, tanto en distritos de riego como en lo que tiene que ver con recuperación de lluvia, donde hay muy poca infraestructura en México, en general, y también, por supuesto, todo lo que tiene que ver con las zonas urbanas”.
A este problema, señaló, se suma la discusión sobre el tratado de agua firmado con Estados Unidos en 1944 y el acuerdo para distribuir las cuencas del Río Colorado y del Río Bravo.
“Acabamos de ver un incidente también, a mi juicio grave, en Mexicali, por el tema del agua; y, hace unos meses, también hubo acciones de violencia y protestas, cuando precisamente se liberó parte del agua para cumplir con la obligación que nos mandata el tratado”.
Ha pasado mucho tiempo desde que se firmó el tratado y, en algunas ocasiones, se ha mencionado la necesidad de modernizarlo; un aspecto que merece consideración respecto a esa idea es que no incluye, por ejemplo, el tema de las aguas subterráneas.
“Pero quitando ese punto, el tratado ha funcionado muy bien durante mucho tiempo, y es un tratado bastante benéfico para México”, dijo.
No es la primera vez que se discuten las obligaciones que tiene México con Estados Unidos. Incluso, agregó, en ocasiones, el tema ha llegado hasta la Suprema Corte de Justicia, ha habido demandas y protestas.
“La única manera de solucionarlo es que se mejore toda la infraestructura y se haga un mejor uso de toda el agua que tenemos”.
Sin embargo, para Gutiérrez, el tratado es positivo para ambos países.
En el caso del Río Bravo, esa agua es la que abastece fundamentalmente a Texas, desde El Paso. Y es el estado con el que en otras ocasiones ha habido diferencias.
En cuanto al Río Colorado, explicó, México toma agua en el delta del Colorado y abastece a toda la península de Baja California, que no tiene otras fuentes.
“Nosotros tenemos una parte muy pequeña de la cuenca del Río Colorado”, señaló, “y una parte muy grande del agua”.
Y Baja California no sobreviría sin esa agua, agregó.
El conflicto en la frontera, tradicionalmente, ha sido porque las cuencas que pasan por Chihuahua llegan al Bravo y abastecen el agua río abajo y los distritos de riego de Tamaulipas y Texas.
“Ese conflicto siempre ha existido, pero si se renegocia el tratado, hay que tener claro que va a haber presión para tener menos agua en el caso del Colorado”.
Según Gutiérrez, Estados Unidos está en mejores condiciones para sobrevivir sin el agua del Bravo que México sin el agua del Colorado.
“Quienes diseñaron el tratado y lo aprobaron lo hicieron de manera muy visionaria, de buena administración de cuencas, de manera bilateral o internacional”, señaló, “pero si no hay, como contraparte, la modernización de toda la infraestructura para hacer un mejor uso de esa agua y un mejor cuidado de toda la región fronteriza, va a ser en realidad muy difícil y van a ir creciendo las presiones como las que hemos visto”.
Ese es el problema principal, concluyó.