SAN SALVADOR – Un tuit del mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, en el que alertaba de supuestas sospechas de COVID-19 en el Parlamento la noche del jueves 23 y que precipitó el cierre de una sesión en la que se votaría sobre un polémico veto presidencial, aumentó las tensiones entre estos órganos de Estado y elevó el tono entre los legisladores opositores.
El mandatario aseguró en su cuenta de Twitter que un equipo de contención epidemiológica detectó una “significativa sospecha de #COVID19 en el salón azul de la Asamblea Legislativa”.
“Se recomienda el cierre de la plenaria y el autoaislamiento de todos los diputados y personal, mientras se descarta o se confirman los casos sospechosos y sus nexos”, añadió Bukele.
Tras esta publicación, según reportes de la prensa local, varios diputados decidieron abandonar el recinto legislativo, por lo que el presidente del Congreso, Mario Ponce, cerró la sesión correspondiente a esta semana y convocó a otra para este viernes.
El mensaje y el final abrupto de la reunión en el Parlamento se dio en momentos en los que los legisladores se disponían a votar para superar el veto presidencial a una iniciativa que buscaba facilitar el retorno de unos 4,500 salvadoreños que se quedaron en el extranjero por la pandemia.
Las fracciones legislativas de oposición rechazaron el mensaje de Bukele, que se dio tras la divulgación de un vídeo en las redes sociales de una diputada del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tosiendo en varias ocasiones.
Se trata de Yanci Urbina quien, a pesar de que el tuit del presidente no hacía referencia directa a ella, se mostró agraviada este viernes durante una nueva sesión del pleno legislativo.
“Rechazo categóricamente el atentado a mi dignidad y mi integridad (…) también rechazo y condeno el atentado a esta Asamblea Legislativa”, dijo la diputada.
Carlos Ruiz, también del FMLN, calificó el mensaje de Bukele como una “conducta criminal”.
Túnel de desinfección en Panamá.
A la condena se sumó el partido opositor con más legisladores, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y uno de sus miembros, René Portillo Cuadra, aseguró que este fue un intento de “golpe de Estado”.
“Lo que cambió es que el 9 de febrero ingresó la Fuerza Armada y la Policía de manera abrupta y violenta por orden del presidente de la República. Ayer utilizó el miedo, utilizó a otros diputados para tratar de desestabilizar este órgano de Estado”, subrayó.
Norman Quijano, expresidente de la Asamblea Legislativa y diputado de Arena, calificó al Gobierno de Bukele de “autocrático”.
Diputados de los minoritarios Partido de Concertación Nacional (PCN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC) también criticaron al mandatario salvadoreño, mientras que la oficialista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) intentó bajar el nivel de la discusión.
Un grupo de presos se amotinó este viernes en una cárcel de Buenos Aires para reclamar que se les permita el régimen de arresto domiciliario.
Antes del comienzo de la sesión plenaria de este viernes, convocada la noche del jueves, el presidente salvadoreño envió una unidad móvil de pruebas de COVID-19 para que los diputados pudieran someterse al test.
No obstante, solamente unos pocos diputados oficialistas hicieron uso del equipo.
“La mayoría de diputados se han declarado ‘sanos’ por decreto legislativo. Gracias a Dios no están a cargo de la pandemia. Seríamos el país con más muertes per cápita del mundo por #COVID19”, sostuvo Bukele mientras se desarrollaba la sesión del Congreso.
El Gobierno también mantiene una relación escabrosa con la Corte Suprema tras ignorar y no acatar una orden de la Sala de lo Constitucional de frenar las detenciones y confinamientos “forzosos” de personas que se saltan la cuarentena.