Nuestros paisanos enviaron en marzo más dinero que nunca a sus familias en México, no obstante que la pandemia ya había sido declarada, escribe Enrique Galván en La Jornada.
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Dinero, de Enrique Galván, en La Jornada:
Envían más dinero los paisanos
¿Cómo le hicieron? ¿De qué se privaron? ¿Cuántos sacrificios se impusieron? Sólo podemos imaginarlo. Nuestros paisanos enviaron en marzo más dinero que nunca a sus familias en México, no obstante que la pandemia ya había sido declarada y el desempleo se extendía por todo Estados Unidos.
El envío de remesas a México registró una cifra récord de 4 mil 16 millones de dólares. Están ayudando a que no falte el sustento para sus familias, a atender a sus enfermos y, en algunos casos, a dar sepultura a sus muertos.
Capitanes en Reforma:
Se saltan la CRE
Pues queda claro que al gobierno federal no le ha ‘caído el veinte’ de lo que es usar energías renovables, sus ventajas y beneficios. Se lo decimos porque ahora tomó como pretexto la emergencia sanitaria por el Covid-19 para que las nuevas centrales solares o eólicas no puedan comenzar su operación. Luego del acuerdo presentado por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), dirigido por Alfonso Morcos, las asociaciones de Energía Solar (Asolmex), que encabeza Héctor Olea, y de Energía Eólica (Amdee), que lleva Leopoldo Rodríguez, trabajan en conocer el impacto en el sector y las acciones a tomar.
Por supuesto que contemplan la presentación de recursos de suspensión, tal como sucedió con el tema de los Certificados de Energías Limpias (CELs) en 2019. Incluso, nos dicen que en estos días había proyectos cerca de iniciar su fase de pruebas y operación, pero ahora pasaron al limbo de la incertidumbre por las decisiones del Cenace. Y uno de los asuntos más graves es que el Cenace se tomó atribuciones que primero debieron pasar por el Energía (CRE), que preside Leopoldo Melchi, la cual, por cierto, no se ha pronunciado.
Coordenadas, de Enrique Quintana, en El Financiero:
Tomándole la medida al desastre
El Banco de México presentó ayer los datos de su encuesta de abril. Ellos revelan que el promedio de la caída esperada en el PIB de este año es de 7 por ciento, pero en el segundo trimestre del año, el retroceso será de 14 por ciento, algo sin precedente en la historia moderna de México. No debe sorprender esta cifra ya que por el simple efecto del confinamiento durante un par de meses una gran cantidad de empresas vieron que sus ventas se fueron al piso.
Un ejemplo de ello será el comportamiento de las ventas de autos, que se dará a conocer mañana. No se sorprenda si el retroceso anual está en el rango de 60 a 80 por ciento. Otro dato que no debe perderse de vista en la encuesta del Banxico es la trayectoria esperada de la economía en los diversos trimestres de éste y el próximo año. Si resulta correcto lo que se anticipa, tendremos que esperar hasta el segundo trimestre de 2021 para volver a ver una cifra positiva en las comparaciones anuales.
La Cuarta Transformación, de Darío Celis, en El Financiero:
Plan de rescate
Es un secreto a voces en el primer círculo de la 4T que el Presidente “no escucha” y que el Jefe del Ejecutivo “no va a destinar recursos fiscales para salvar empresarios”. Desde hace un mes los puentes entre el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que encabeza Carlos Salazar, y Andrés Manuel López Obrador están rotos. Los organismos empresariales tienen poco o nulo trato con las dependencias del gobierno. En marzo se perdieron casi 350 mil empleos y en abril la cifra va a escalar las 600 mil fuentes de trabajo.
Los organismos internacionales como la OCDE, Banco Mundial, BID y la OIT estiman que la economía mexicana podría perder hasta 1.5 millones de puestos laborales. Estamos a mitad de la crisis de salud y económica y las medidas que se ha tomado el gobierno son paliativos, mejorales y remedios caseros; México requiere un Plan de Rescate del Empleo. AMLO debería convocar a los partidos políticos, a los legisladores, a los sindicatos, a los académicos, para escuchar y actuar, con objeto de detener la caída de la economía. Aquí nadie se salva solo.
Ricos y poderosos, de Marco Mares, en El Economista:
Economía mexicana, de mal a peor
La economía mexicana está muy mal y desafortunadamente todo indica que se pondrá peor. Ya no sólo son los pronósticos sobre la tasa de crecimiento para el cierre del año, que avanzan cada vez más hacia el pesimismo extremo y que anticipan una caída de dos dígitos. Rondan -10%, -11% y hasta -12 por ciento. De ese nivel, pronostican que será la caída del Producto Interno Bruto (PIB), instituciones como BBVA y Citibanamex, en su escenario más dramático y considerando que no se lleve a cabo un programa de apoyo fiscal al sector productivo de alrededor de 6% del PIB.
Por otra parte, el conjunto de economistas que encuesta periódicamente el Banco de México (Banxico), anticipa un escenario pesimista. Modificaron su pronóstico de crecimiento de la economía nacional a -7.27% desde 3.99%, que previeron hace apenas un mes. Es la primera vez, desde que el Banxico inició el levantamiento de esta encuesta, que los economistas consultados prevén una caída de la economía mexicana de esa profundidad.
Activo Empresarial, de José Yuste, en Excélsior:
No te metas con la CFE de Bartlett
El octogenario director de la CFE ha dicho, abiertamente, que ellos van por más. Que se quieren mantener, por lo menos, con el 55% de la generación eléctrica del país, pero que, si pueden, van por un mayor mercado. Para regresar al monopolio estatal, la CFE quisiera, primero, que ya no hubiera nueva competencia privada. Con la existente es más que suficiente para la Comisión. Mucha de la nueva competencia venía de las energías renovables, donde México puede ser potencia en generación eólica y solar.
El gobierno federal, primero, suspendió las subastas de energía limpia, por medio de las cuales la CFE le compraba energía a las empresas de energía renovable. Segundo, eliminó los Certificados de Energía Limpia (CEL), donde incentivas la generación eléctrica con tecnologías amigables con el medio ambiente y había otros generadores que los debían comprar. Y ahora viene el golpe de gracia. El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) decidió, ¿por qué no?, suspender la operación de las centrales con energía renovable.