MANILA, Filipinas – Vongfong, el
primer tifón de la temporada, arrasó varias islas del centro de Filipinas al
tocar tierra seis veces en las primeras 24 horas de paso por el país, mientras
se espera este viernes su llegada a Manila.
El tifón arrastra “vientos
destructivos e intensas lluvias”, informó en su último boletín Pagasa, la
agencia filipina de meteorología, que elevó la alarma al nivel 3 (de un total
de 4) en las provincias del sur de la isla de Luzón; y el nivel 2 en la zona
centro, donde se ubica el área metropolitana de Manila.
La tormenta tocó tierra en medio de la pandemia.
Vongfong se debilitó levemente
tras tocar tierra seis veces, con vientos de 85 millas por hora y ráfagas de
hasta 105 mph, frente a las ráfagas de 120 millas por hora detectada ayer por
Pagasa en la zona centro de Filipinas, donde las provincias de Samar Norte y
Sorsogon están sin electricidad e incomunicadas.
A pesar de haberse debilitado
levemente, la velocidad del viento que acompaña el tifón puede ser fatal a
medida que se acerca a Manila, donde una cuarta parte de sus 13 millones de
habitantes vive hacinada en barriadas de viviendas precarias.
El toque de queda se inició este domingo y aplica a más de 12 millones de personas.
El Centro Nacional de Reducción de Riesgo de Desastres señaló el viernes de que todavía no tiene un informe preciso de daños y posibles víctimas ante las dificultades para comunicarse con las pequeñas provincias insulares que el tifón ya dejó atrás, pero sí espera que “el impacto haya sido alto”.
El tifón, bautizado localmente
Ambo, entró el jueves en Filipinas por la localidad de San Policarpio, en la
isla de Samar, donde unas 400,000 viven en zonas bajas y costeras,
especialmente vulnerables al paso de la tormenta, cuya fuerza es equivalente a
un huracán de categoría 4.
El gobernante ha tomado estrictas medidas contra el coronavirus.
Vongfong se desplaza a una
velocidad de casi 10 mph por hora mientras enfila hacia el norte de Filipinas,
cuya área de responsabilidad se espera que abandone el martes por la mañana
rumbo a Japón.
Un promedio de 20 tifones azotan
Filipinas cada año y el más destructivo fue el supertifón Haiyan, que en
noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, matando a unas 7,000
personas y dejando a 200,000 familias sin hogar.