Por fin está aquí el más que nunca esparídisimo verano. Para muchos es la mejor época del año, en la que se puede disfrutar del buen tiempo, del calor, las piscinas y las playas. Sin embargo, tras muchos meses sin que el sol toque muchas partes del cuerpo, es el momento te preparar la piel para que luzca saludable y pueda adquirir un bonito bronceado.
Para ello no hace falta acudir a un centro de estética, tan solo seguir unos cuantos pasos en casa para notar el resultado. El comienzo debe ser una buena exfoliación. El mejor momento para ello es bien durante la ducha bien cuando se sale de ello, ya que los poros se encuentran dilatados y el agua hace que tenga un aporte extra de hidratación. Y, como con todo, no se debe abusar, con una o dos veces por semana es más que suficiente para dejar atrás la suciedad, la contaminación, el polvo y los restos de cremas que se van acumulando en la piel.
El calor reseca la piel y el sol propicia el envejecimiento y la aparición de arrugas y por eso los expertos insisten en la importancia de una buena hidratación en esta época del año. No solo hay que protegerse con cremas que tengan factor solar, sino también elegir la que es más adecuada a cada tipo de piel, pues con el aumento de sudoración pueden aparecer granitos.
Por suerte, en el mercado hay muchos productos que no solo evitan las quemaduras solares sino que también nutren en profundidad y no, no hay que desembolsar grandes cantidades para ello. Cada vez son más los supermercados que tienen en sus estanterías productos de cosmética.
Cuidarse por fuera no vale de nada si la alimentación no acompaña. Los meses de más calor traen consigo algunos de los alimentos más esperados con los que cuidarse es un poco más fácil. De todos ellos, los que se convierten en una ayuda imprescindible son los que tienen betacarotenos, fuente de vitamina A, antioxidantes y los mejores aliados para proteger a la piel de los radicales libres y de las quemaduras.
¿Donde se encuentran? En zanahorias, calabazas, pimientos, batatas y verduras y hortalizas de color verde oscuro como el brócoli, las acelgas o las espinacas. Pero también en frutas como los mangos, plátanos, papayas, melocotones, melones, manzanas o albaricoques. ¡Qué rico!