Hoy inicia una “nueva normalidad” en un país teñido de rojo ya no solo por los asesinatos, sino ahora también por el alto nivel de contagio en prácticamente todo el territorio, destaca Reforma.
“Frentes Políticos”, en Excélsior:
“Quieren que yo dimita, que me vaya del gobierno, que no coman ansias, yo mismo establecí las reglas, no voy a estar en el gobierno si la gente no me apoya (…) en el 2022 va a llevarse a cabo esa consulta: si la gente dice que renuncie el Presidente, nos vemos; si la gente dice que continúe el Presidente, termino hasta el 2024 porque soy demócrata y no soy partidario de la reelección”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palenque, Chiapas. Aseguró que sus adversarios son unos corruptos e individualistas que quieren sus privilegios de regreso y por eso lo atacan. Afirmó que no dará un paso atrás porque la peste mayor a la que hay que vencer es a la corrupción. El mandato popular lo llevó al poder. Cualquier muestra de desacuerdo, pase a las urnas, por favor”.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“¡Que comiencen los juegos de la pandemia! La reglas son muy sencillas: a partir de hoy el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se lava las manos y le deja tooooda la bronca a los gobierno estatales. Pasamos de la etapa “¡quédate en casa!” a la etapa “¡sálvese el que pueda!”. Sin duda esta situación sería una fabulosa trama para una película de acción, sino fuera un drama de la vida real que ha dejado prácticamente 10 mil muertos, más de un millón de desempleados y a toda una generación de jóvenes con un futuro incierto. Hoy inicia una “nueva normalidad” en un país teñido de rojo ya no solo por los asesinatos, sino ahora también por el alto nivel de contagio en prácticamente todo el territorio”.
“La Feria” de Salvador Camarena, en El Financiero:
“Adán en el Edén. El Presidente de la República ha salido disparado de la pandemia directo al sureste, la región en la que quiere esculpir su legado. El viaje tiene todo el sentido. Para AMLO es crucial no perder más tiempo, pues un sexenio es poco para la refundación que se ha propuesto para México. Por eso, con más temor al olvido que al virus, se apresura a apuntalar mediáticamente las obras que pretende convertir en símbolos de su periodo. Porque el actual gobierno es totalmente priista en su sentido adánico, en ese intento sexenal de tratar de hacer cosas como si fueran los primeros con ideas dignas de la posteridad, y en ese afán por desdeñar el pasado inmediato”.
“Trascendió”, en Milenio:
“En la CNDH priva un ambiente familiar, pues la llegada de Rosario Piedra ha permitido a integrantes de Comité Eureka adueñarse de puestos clave. José González, de la Primera Visitaduría, colocó a personajes como Flor Jaimes en el Centro Nacional de Derechos Humanos, a Andrés Henestrosa en Adquisiciones y a Katia Jasso en Difusión, aunque tengan poco o nulo conocimiento del organismo. En tanto, Carlos Bustamante, asesor de la presidenta, contrató como directora de Quejas a su esposa, Anabel Mañón, quien a su vez es sobrina de María Concepción Ávila, secretaria particular de Piedra Ibarra”.