La pasión automovilística de Manolo acabó con el sueño ferroviario de Alexander


La colisión entre un tren Alvia y un todoterreno que había caído sobre la vía ferroviaria desde un paso elevado ha provocado este martes dos muertes en La Hiniesta (Zamora). El convoy ha descarrilado tras chocar contra el vehículo y han muerto el conductor del coche, un anciano de 89 años vecino de Palacios del Pan, y un maquinista en prácticas, de 32 años. El otro maquinista permanece en el hospital junto a cinco pasajeros heridos, de los 180 que iban en el tren. El resto han resultado ilesos.

El siniestro, que se ha producido a las 16.11, ha supuesto el descarrilamiento del tren. Los pasajeros no sufrieron lesiones de consideración, según ha informado el Ministerio de Fomento, aunque el otro maquinista presenta rotura de un brazo. El delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, ha explicado que el maquinista fallecido tenía 32 años y estaba haciendo prácticas en el trayecto de fatal desenlace. El joven, llamado Alexander Pedreira Sainz, nacido en 1988 en A Coruña, era hijo de un interventor de Renfe. Sus familiares, acompañados por psicólogos, se han desplazado a Zamora tras ser informados del fallecimiento. El conductor titular del Alvia, de 55 años, también es gallego y permanece ingresado en un hospital de Salamanca.

Los viajeros abandonaron el tren por su propio pie y, tras esperar en unas instalaciones de Adif contiguas al lugar del impacto, fueron trasladados a sus destinos en distintos autobuses. Únicamente cinco personas fueron derivadas al centro hospitalario zamorano con dolencias leves, como latigazos cervicales y ataques de ansiedad.

El conductor fallecido es Manuel Prieto, de 89 años y natural de Palacios del Pan, un municipio de 270 habitantes en la provincia de Zamora. Conducía un todoterreno y había caído a la vía —en una hora aún por determinar y en circunstancias que en la noche de este martes aún se desconocían— desde un paso elevado, según relataron fuentes del Ministerio de Fomento.

“Una turbulencia”

Una de las pasajeras del tren, que inició su viaje en A Coruña a las 11.50, explicó a EL PAÍS que en el momento del accidente sintió “como una turbulencia en un avión”. “Tuvimos la sensación de pasar por encima de algo”, describió. “La gente en general está tranquila, estamos todos bien”, destacó, y añadió que el todoterreno arrollado podía verse debajo del tren cuando abandonaron los vagones para alejarse del lugar del siniestro. Los viajeros llamaron al 112 tras el suceso y al lugar acudieron dos helicópteros medicalizados, dos ambulancias de soporte vital básico y una UVI móvil. Los bomberos, la Guardia Civil y la Policía consiguieron evacuar a los dos maquinistas de la locomotora, donde habían quedado atrapados, pero los servicios sanitarios no consiguieron reanimar a Pedreira.

El delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, ha explicado a la agencia Efe que el tren cumplía con las medidas que están establecidas por el estado de alarma, es decir, con una ocupación del 50%, que es lo que está permitido en estos momentos, y guardando todas las medidas de seguridad. Isaías Táboas, el presidente de Renfe, se desplazó a Zamora por la tarde. Según Táboas, el convoy circula en esa zona a unos 120 kilómetros por hora, una velocidad que no es demasiado elevada.


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