Cuando tres bebés llegan a tu vida y a tus noches. Los trillizos que revolucionan el hogar de los Amores

La vida de Nazaret y Manuel es otra desde que en septiembre de 2019 nacieran Hernán, Daniela y Manuel. También su descanso. Durante los primeros meses los trillizos no daban tregua. “Las primeras noches eran caóticas. Nos pasábamos casi 24 horas alimentando a los niños”, recuerda Nazaret, de 31, enfermera del turno de noche del Gregorio Marañón de Madrid.

Para poder descansar se repartieron las tomas nocturnas. “Acordamos turnarnos. Yo me encargaba hasta las cuatro de la mañana y luego despertaba ella y continuaba”, explica Manuel, de 33 años, militar del ejército del aire. Ellos se organizan solos. Sus familias están en Badajoz, de donde provienen.

Ahora que los trillizos tienen unos meses más, las noches en su apartamento de Leganés, al sur de Madrid, son más tranquilas. “Quizá tengo que despertarme alguna vez y levantarme, porque alguno está más ruidoso, más revuelto, para poner algún chupete…”, asegura Manuel. ¿Cómo lo han logrado? Un avance: enseñar a los bebés a dormirse en sus cunas, en vez de en los brazos.

Cuando el descanso es un sueño es una serie de ocho capítulos de EL PAÍS en colaboración con Ikea dedicada a indagar en las rutinas de descanso de algunas personas que, por aquello a lo que se dedican o debido a circunstancias externas, han aprendido a dormir en condiciones anómalas para la mayoría y han triunfado. ¿Cómo duerme un alpinista que asciende una pared vertical?, ¿y un regatista que da la vuelta al mundo en solitario? ¿Cómo superan el jet-lag quienes conviven perpetuamente con él? Descúbrelo en próximos episodios.


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