Mantener las ayudas y acompasarlas a la evolución de la coyuntura económica. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha sido rotundo en su intervención de este martes en la comisión de reconstrucción del Congreso: una “retirada prematura” de las medidas de apoyo que ha lanzado el Gobierno para hacer frente a la crisis desatada por la covid-19 “aumentaría el riesgo de que el crecimiento económico sufriera daños más duraderos”.
Hernández de Cos ha valorado positivamente los salvavidas lanzados por el Ejecutivo para atenuar el impacto de la covid-19 durante el primer compás de la crisis. En concreto, ha mencionado la flexibilización de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que ha abogado por extender ―una negociación que en estos días está en el centro del debate entre Gobierno, patronal y sindicatos― para seguir apoyando aquellos sectores y empresas que en los próximos meses seguirán muy afectados, como el turismo. También ha pedido continuar “asegurando el correcto mecanismo de flexibilización de las empresas” y se ha inclinado por mantener “algunos de los instrumentos de apoyo a las rentas de los hogares más vulnerables” ―como el ingreso mínimo―, aunque ha alertado sobre la necesidad de vigilar que no creen distorsiones en el mercado laboral.
También ha señalado que las líneas de avales del ICO han cumplido con su función de mitigar “la posible reticencia de los intermediarios financieros” a asumir más riesgos, y ha abogado por ampliarlas más allá de los 100.000 millones planteados por el Gobierno. Hernández de Cos ha adelantado que hasta el 14 de junio el importe de avales solicitados rozaba los 53.000 millones de euros, una cifra que ha permitido movilizar recursos por algo más de 69.000 millones, la mayoría de ellos destinado a pymes y autónomos. Asimismo, ante el previsible aumento de quiebras empresariales en los próximos meses, ha pedido que se revise y flexibilice la ley concursal para evitar que compañías aún viables se vean abocadas al cierre.
Aun así, el gobernador del Banco de España considera que ya ha llegado el momento para empezar a trabajar en un plan de ajuste de las finanzas públicas, tensionadas por un simultáneo aumento del gasto y caída de los ingresos: “El mayor impulso presupuestario en la actualidad debe venir de la mano de una estrategia clara de saneamiento de las cuentas públicas en el medio plazo, a través de una revisión del gasto y de la estructura y la capacidad impositivas”. El gobernador del Banco de España ha agregado que esta estrategia debe ser “urgente, ambiciosa, integral, evaluable y basada en consensos amplios”, y ha vuelto a reclamar un pacto político que abarque varias legislaturas, como ya había hecho en su anterior intervención en la comisión de economía del Congreso.
Hernández de Cos ha descrito como la deuda y el déficit público crecerán de manera pronunciada, y ha recordado que el país ya sufría un importante desfase presupuestario antes de la llegada de la pandemia. El déficit del conjunto de las Administraciones, que en 2019 fue del 2,8% del PIB, se elevaría este año hasta el 9,5% en el escenario de recuperación temprana y hasta el 11,2% en el de recuperación gradual. El rebote de la actividad económica en 2021 y 2022, junto con el desvanecimiento del impacto de las medidas de carácter transitorio adoptadas en respuesta a la pandemia, daría lugar a una disminución del déficit en estos años, pero este aún se situaría en 2022 en niveles notablemente superiores a los de los últimos ejercicios. Del mismo modo, la ratio de deuda pública sobre PIB aumentaría aproximadamente entre 20 puntos y 25 puntos en 2020, hasta situarse cerca del 115% y del 120% en cada uno de los dos escenarios, y permanecería en niveles muy elevados en los dos años siguientes, ha remarcado.
El PIB caerá hasta el 21,8% en el segundo trimestre
Todavía se desconoce con precisión qué impacto tendrá la pandemia sobre la economía, pero poco a poco aparecen más datos que alumbran la magnitud del golpe. El Banco de España estima que el descalabro del PIB en el segundo trimestre se sitúe entre el 16% y el 21,8%, según ha asegurado este martes el gobernador de la entidad. “La estimación preliminar del INE señala que el PIB disminuyó un 5,2% en los tres primeros meses del año, lo que supone la mayor caída intertrimestral de nuestra historia reciente”, ha recordado. “Y todo ello a pesar de que las medidas de confinamiento solo afectaron a las dos últimas semanas del primer trimestre”.
Hernández de Cos ha dejado así otro mensaje muy claro: lo peor aún no ha llegado y todavía hay mucha incertidumbre sobre el futuro. El Banco de España ya modificó sus pronósticos sobre el desempeño de la economía española en el medio plazo ante la furia de la covid-19, reduciendo su horquilla de previsiones e introduciendo un escenario más adverso que contempla un empeoramiento importante de la situación sanitaria. En el primer panorama la caída del PIB estaría entre el 9% y el 11,6% este año, en función de que haya o no rebrotes moderados; en el peor escenario, el impacto superaría el 15%.
En todo caso, el golpe será profundo y no afectará por igual a todos los sectores. En la actual fase de la llamada nueva normalidad se irán haciendo “más visibles los efectos desiguales que la crisis está teniendo en los diferentes sectores, tipos de empresas y grupos de población”, ha alertado Hernández de Cos. “La crisis de la covid-19 está teniendo una incidencia muy heterogénea por ramas de actividad, y no puede descartarse que algunas de estas dinámicas acaben provocando cambios permanentes en la composición sectorial de la economía”.
El gobernador del Banco de España ha subrayado que la alta temporalidad del empleo, un 25,2% frente al 13,9% de la zona euro, así como el elevado protagonismo que las pequeñas y medianas empresas tienen en el tejido productivo, son dos elementos que hacen más vulnerable la economía española ante shocks como el actual: “No es difícil concluir, por tanto, que un mecanismo de ajuste del mercado de trabajo español basado en gran medida en la destrucción de empleo temporal en las fases recesivas tiene el efecto perverso de incrementar de forma significativa la desigualdad durante las crisis económicas”.
Hernández de Cos también ha enumerado las reformas estructurales que, a su juicio, necesita España, muchas de ellas ya imperativas antes de que la pandemia desbaratara todos los planes del Gobierno. Entre las reformas que repasó destacan medidas para mejorar la productividad, fomentar la dinámica y el crecimiento empresarial, e incrementar el grado de competencia sectorial, reducir el desempleo, la precariedad y la temporalidad, mejorar las políticas activas de empleo, los mecanismos de ajuste del empleo, afrontar el reto del fenómeno del envejecimiento poblacional, afrontar la reforma del sistema de pensiones, reforzar las políticas de inclusión, completar un diseño y aplicación adecuados del ingreso mínimo vital, reforzar las políticas de acceso a la vivienda, favorecer la transición hacia una economía más sostenible y garantizar la salud del sistema financiero entre otras.
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