A sólo cuatro meses de las elecciones los números de la economía se ven bien para el presidente Donald Trump: de mayo a junio el desempleo cayó 2,2% para cerrar en 11%. Sólo en junio fueron creados 4,8 millones de nuevos puestos de trabajo y 7,5 millones sumando los del mes anterior. En abril, los Estados Unidos había alcanzado el desempleo más alto desde la crisis del ’29: 14,7%.
El nuevo informe del Departamento de Trabajo muestra un rebote especialmente en algunos de los sectores que se habían visto más perjudicados por la pandemia, como hotelería y entretenimiento (que representa casi el 40% de los nuevos empleos: 2,1 millones) y el sector gastronómico (1,5 millón).
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No obstante, las solicitudes de beneficio por desempleo –que se actualizan semanalmente– alcanzó una cifra desestacionalizada de 1,427 millones la semana del 27 de junio, apenas por debajo de las 1,482 millones de la semana anterior.
Si bien se ha registrado un repunte en las ventas minoristas, muchos economistas dicen que todavía se está luchando contra una baja demanda algo que, sumado al eventual agotamiento del programa PPP de créditos accesibles para pequeñas y medianas empresas, podría derivar en un nuevo aumento del desempleo. Si bien en junio fueron creados casi 5 millones de empleos, las estadísticas todavía muestran que 2,8 millones de personas (588.000 más que mayo) perdieron su trabajo de manera permanente.
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Pero en la cuenta regresiva a las elecciones de noviembre, prácticamente nada elude a la campaña y el nuevo dato del desempleo –aunque todavía históricamente alto– fue tomado de rehén por los candidatos. Trump festejó la “espectacular noticia” y resaltó que se trata del “mayor aumento mensual de empleos en la historia de nuestro país“. “El anuncio de hoy prueba que nuestra economía está volviendo a rugir, está volviendo extremadamente fuerte“, enfatizó el republicano.
Desde su casa en Delaware, Joe Biden, dijo que “no hay ninguna victoria para celebrar” y recordó que “todavía estamos casi 15 millones de empleos abajo y la pandemia está empeorando en vez de mejorar”. “Actúe. Lidere. O córrase del medio para que otros puedan hacerlo, señor presidente”, instó a Trump.
En apenas un día, EE.UU. superó los 50.000 contagios de coronavirus, y batió su propio récord diario, elevando los contagios a 2.804.730, mientras que los muertos por Covid-19 ya suman 131.118.
De seguir a este ritmo, la Covid-19 podría oscurecer el “fantástico tercer trimestre” que Trump pronosticó. Y es que a pesar del repunte de la economía, más de la mitad del país continúa con algunas restricciones: cerca de 20 estados todavía están en un proceso de reapertura parcial (que podría ralentizarse en caso de un nuevo brote), mientras otra decena frenó las flexibilizaciones y otros –entre ellos algunos de los más grandes como California, Texas y Florida– directamente están dando marcha atrás, debido a la escalada de casos de coronavirus.
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Cargando sobre los gobernadores, Trump se limitó a decir que son las autoridades estatales las que debe decir cuán rápido abrirán sus economías pero confiaba en que si medidas como el distanciamiento social, la higiene personal, entre otras “buenas prácticas” eran implementadas, los brotes podrían calmarse rápidamente.
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