Mientras Estados Unidos es el país con mayor número de contagios por coronavirus al superar la cifra de 3,180,000 casos y más de 134,000 muertes, un rincón de este país sigue sin reportar un solo test positivo desde el inicio de la pandemia.
Se trata de Samoa Americana, el territorio no incorporado de EEUU, ubicado a más de 2,500 millas al sur de Hawaii.
A la fecha, cinco meses después del primer caso registrado en el país, todavía sigue sin tener un caso confirmado de COVID-19.
La falta de casos pudiera deberse a las fuertes y anticipadas medidas tomadas por las autoridades locales.
Cuando los primeros casos se empezaron a registrar en Estados Unidos, el gobierno local formó un equipo especial para la crisis de salud, emitió una orden de emergencia y luchó por tener pruebas de COVID-19 y la capacidad de realizarlas internamente.
Es que previamente, solo podían hacerlo enviándolas al lugar más cercano: Hawaii.
La declaración aprobada el 17 de abril por el presidente Donald Trump les dio una ayuda federal de al menos $35 millones, 1,000 kits de pruebas y una máquina para conocer los resultados, de acuerdo con un reporte de The New York Times.
Juliana Monsalve tiene la información.
Adicionalmente, las autoridades tomaron medidas dentro de la isla: todos los vuelos de las aerolíneas Hawaiian y Samoa fueron suspendidos, mientras que los viajeros de otros destinos son obligados a mostrar una prueba negativa de COVID-19 al llegar y aún así, deben pasar una cuarentena.
La decisión de suspender los vuelos entre las islas, que ha sido renovada hasta el 1 de agosto, ha dejado a familias varadas en ambos lugares sin posibilidad de regresar a casa y sin conocer cuándo lo pueden hacer.
Las escuelas también han sido cerradas y las reuniones públicas fueron prohibidas, incluyendo las reuniones familiares de más de 10 personas.
Sin embargo, los negocios permanecen abiertos. Bajo la orden de emergencia local emitida el 22 de marzo, solo se les impuso un horario de 6 a.m. a 6. p.m. (con la excepción del sector alimenticio) y se les exige que practiquen el distanciamiento social. A los restaurantes, especialmente, se les alienta a que promuevan las órdenes para llevar.
Mira cuáles de estas actividades podrían representar mayor o menor riesgo, ahora que repuntan los casos de COVID-19.
De acuerdo con la declaración de emergencia, hay un plan especial de reportarse el primer caso: se activaría un toque de queda desde las 9 p.m., se limitarían los comercios en horario de 6 a.m. a 3 p.m. y los restaurantes no podrán ofrecer servicios en el lugar.
En el evento de propagarse la enfermedad localmente, las autoridades emitirían el ”código rojo”.
Bajo este protocolo, los negocios operarían de 6 a.m. a 12 p.m., los viajes por aire y mar serán suspendidos y los puertos de entrada serán cerrados, con la única excepción de los militares.
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