El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, avanza con sus planes para crear un “impuesto digital” que sería del 0,2% y se aplicaría principalmente a las compras en el comercio electrónico.
De esta forma, aprovecharía el auge de las ventas digitales que durante la pandemia de coronavirus están registrando un aumento de dos dígitos y así podría recaudar más de 100.000 millones de reales (u$s 18.667 millones) al año.
El concepto del plan es que más gente pague, y todos paguen poco: el Ministerio especula con que hasta los traficantes de drogas y políticos corruptos pagarían el impuesto toda vez que hagan una compra electrónica, más allá de sus actividades ilícitas, como por ejemplo, al encargar comida o pagar la factura de Netflix.
Según averiguó Folha, Guedes evalúa que un impuesto digital sería una forma de sustituir la tributación sobre los salarios -al menos de una parte de ellos-, un enfoque que el ministro ya proponía antes de la pandemia pero que acentuó con el auge del comercio digital dada la cuarentena.
Sólo en junio, en plena crisis del coronavirus, el organismo que recauda los impuestos en Brasil, la Receita Federal, registró u$s 4466 millones en ventas con factura electrónica (ventas a través de tiendas virtuales y entre empresas), un crecimiento del 15,6% en comparación con mayo y del 10,3% en relación con un año antes, añadió el periódico brasileño.
La Receita Federal interpreta que hay una amplia base para la tributación y que habría una buena oportunidad de recaudar incluso con una tasa que con el 0,2% es considerada pequeña por el equipo económico.
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