Lo que puede cambiar una estadística en apenas quince días. Sobre todo con este sprint tan frenético. Después de la victoria frente al Mallorca, los números revelaban que el Athletic presumía de una sus mejores cosechas como local desde que cada triunfo equivale a tres puntos en la Liga. Era el gran sustento para los de Garitano en su pugna por Europa. No en vano era el equipo menos goleado como anfitrión. Nadie osaba a profanar la guarida del león.
Pero todo ha girado radicalmente. El Athletic ha enlazado tres derrotas seguidas en San Mamés frente a Real Madrid, Sevilla y Leganés. Se ha desangrado en su propia casa. Tres reveses que le han sacado de la pelea continental. Si los rojiblancos se marcaron un 7 de 9 en su regreso a la competición, con alegrías frente a Betis y Mallorca y tablas con el Atlético, el telón se baja con un paupérrimo 0 de 9 que ha dinamitado las opciones de alcanzar la séptima plaza incluso antes de disputar la última jornada.
Todo apuntaba a que el Athletic debía mejorar sus prestaciones a domicilio para culminar la remontada y asaltar por la fuerza una de las plazas de honor. Y por esa parte ha cumplido. En los cinco desplazamientos más recientes, los bilbaínos han cantado victoria en tres ocasiones. En Valladolid antes del parón y ahora frente a Valencia y Levante. A la estadística se suma la igualada en Eibar y la derrota en el Camp Nou. Se ha abierto una vía de agua inesperada en San Mamés. La manta no ha llegado para todo.
El Real Madrid y el Sevilla se presentaron con la vitola de ser los mejores visitantes de la competición. El Athletic compitió bien en ambos casos, estuvo muy cerca de puntuar, sin embargo acabó a cero y con una sensación de mosqueo importante por la actuación del VAR. Los rojiblancos consideraron que no se midió por el mismo rasero el pisotón de Dani García a Marcelo que el de Sergio Ramos a Raúl García. Frente a los hispalenses protestaron en los dos tantos foráneos y reclamaron un penalti sobre Iñigo Martínez cerca del final. Ninguna decisión favoreció a los de Garitano.
Dos derrotas dolorosas, aunque podían entrar dentro de la lógica. Lo que se salió de la norma y terminó de condenar al Athletic fue el traspié con un Leganés que pelea por la salvación. Todo empezó a torcerse con la roja directa a Unai Simón mediado el primer acto y acabó por explotar con las dianas de Guerrero y Assalé. Los bilbaínos no tuvieron capacidad de respuesta.
Una racha que no se veía por San Mamés desde hace más de un lustro. El Athletic no encadenaba tres derrotas seguidas como local desde la temporada 2014-15, con Valverde a los mandos. Cerró el año cayendo frente al Córdoba (0-1), en el debut de Iñaki Williams con el primer equipo, y al Atlético (1-4) e inició el siguiente con otro sinsabor contra el Elche (1-2).
Los números cantan y la meta europea se le ha escapado de las manos al Athletic en su propio feudo. Los diez choques ligueros disputados en San Mamés en 2020 se han saldado con un balance de tres victorias, dos empates y cinco derrotas. El equipo rojiblanco ocupa la octava posición en la clasificación de mejores locales, aunque en esta última jornada de curso puede verse superado por Granada, Villarreal y Levante. Demasiados regalos en San Mamés como para aspirar a Europa.