“En oficinas federales cuentan que todavía no está claro si en los próximos días Emilio Lozoya comparecerá ante un juez federal”, destaca Milenio.
“Frentes Políticos”, en Excélsior:
“El caso Odebrecht representa un caso emblemático de corrupción en Latinoamérica y hoy, que es investigado en México, permitirá conocer los alcances que tuvo en el involucramiento de servidores públicos, afirmó el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta. Recordó esta trama de corrupción se extendió a, al menos, nueve países de la región, que, tras sus propias investigaciones, se castigó a decenas de políticos, hoy toca hacer su parte a México tras la extradición de Emilio Lozoya. Existe la posibilidad, hoy, de descubrir en México quiénes estuvieron involucrados en esos actos de corrupción porque en nuestro país, hasta este momento, no hay nadie detenido, salvo Lozoya. Se espera demasiado al exprimir a este exfuncionario. ¿O sólo es un vano anhelo generalizado?”.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“Más de 100 horas han pasado desde que Emilio Lozoya Austin aterrizó en México y sigue el misterio: ¿vino como indiciado o como invitado? Resulta extraña, por no decir sospechosa, la opacidad alrededor de la situación jurídica del ex director de Pemex. Aunque no lo han querido decir así, todo indica que las aguas bautismales de la 4T ya purificaron al ex funcionario priista pues, de manera sorpresiva, Lozoya ya no el el acusado sino el aliado del gobierno. Y pese a todos los señalamiento que lo involucran en actos de corrupción –Odebrecht y Agronitrogeados, por ejemplo– ya no habrá juicio en su contra, sino en su favor”.
“La Feria” de Salvador Camarena, en El Financiero:
“¿Hay algo peor que el sostenido acoso de Andrés Manuel López Obrador contra medios y periodistas críticos? Respuesta: Sí, aquellos que copian esa conducta antidemocrática, como Jaime Bonilla, de Baja California. La pandemia ha traído malas noticias para la prensa de México. A una crisis internacional de modelo de negocio, acentuada que no creada por la penetración de internet y las redes sociales, los medios mexicanos tuvieron que sumar un nuevo reto: por buenas razones, el gobierno de López Obrador redujo desde el primer año el oneroso presupuesto que se dedicaba a la publicidad oficial. AMLO no castigó a todos por igual, ni puso reglas claras para el nuevo reparto, pero sí hay sustancialmente menos dinero, situación que cambió de raíz la lógica del financiamiento de la mayoría de las plataformas periodísticas”.
“Trascendió”, en Milenio:
“En oficinas federales cuentan que todavía no está claro si en los próximos días Emilio Lozoya comparecerá ante un juez federal para que la Fiscalía General de la República lo pueda imputar por los casos de Agronitrogenados y Odebrecht, pues aseguran que el único señalamiento del ex director de Pemex en el sentido de que cuenta con información delicada, involucrando a ex altos funcionarios, fue en una carta que le envió al titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, antes de ser extraditado de España, pero formalmente no ha dicho algo a la dependencia”.