Los manifestantes franceses de chalecos amarillos provocaron incendios, destruyeron vitrinas de tiendas de lujo y se enfrentaron a la policía este sábado en la decimoctava manifestación contra el presidente Emmanuel Macron. Grandes columnas de humo se elevaron sobre los disturbios en la icónica avenida de los Campos Elíseos de París, y una madre y su hijo apenas fueron salvados de un incendio en un edificio.
El resurgimiento de la violencia se produjo cuando los manifestantes están tratando de dar nueva vida a un movimiento que parece estar mermando velocidad, y captar la atención de los líderes y medios de comunicación franceses a quienes consideran que están minimizando su causa de justicia económica y favorecen a la élite.
La policía de París parecía sorprendida por la velocidad y la gravedad de los disturbios y hasta intentaron contener a los manifestantes con repetidas descargas de gases lacrimógenos y cañones de agua, con un éxito limitado.
Un incendio peligroso apuntó a un banco en la planta baja de un edificio residencial de siete pisos. Camiones de bomberos se precipitaron, una madre y su hijo fueron rescatados cuando el fuego amenazaba con consumir su piso, dijo el servicio de bomberos de París a The Associated Press. Once personas en el edificio, incluidos dos bomberos, sufrieron heridas leves, ya que otros residentes fueron evacuados.
En medio de la violencia, los “chalecos amarillos” lanzaron un ultimátum al presidente de Francia, Emmanuel Macron.
“Después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos. Hemos demostrado que sabemos manifestarnos, que no ha funcionado y que no hemos sido escuchados”, dijo en las redes sociales uno de sus líderes radicales, Éric Drouet.
Esta décimo octava manifestación está considerada crucial porque se cumplen cuatro meses de protestas y tiene lugar un día después del final del Gran Debate Nacional impulsado en enero por Macron para encontrar respuestas con las que atajar la crisis social y política desatada desde mediados de noviembre por los “chalecos amarillos”.
Las autoridades confirmaron el arresto de más de 100 personas tras la jornada violenta en la capital francesa por manifestantes de chalecos amarillos.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, dijo en la televisión francesa que aproximadamente 10,000 manifestantes estaban tomando protestas en París y otros 4,500 se manifestaron en Francia.
“El gran debate lo que ha sido es una gran broma”, denuncia a EFE Quentin, un participante en la manifestación parisina, de 30 años de edad y llegado expresamente de Nantes, en el oeste del país.
En este tiempo, agrega, no ha cambiado nada a nivel político, pero “gente de diferentes medios ha aprendido a conocerse en favor de una lucha común”.
El llamado RIC, Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC), sigue siendo la principal reivindicación de los opositores, que también reclaman la disolución de la Asamblea Nacional y la constitución de una provisional “mientras se reorganiza el sistema”.
La Prefectura de Policía de París movilizó para este fin de semana 5,000 efectivos, un número superior a los desplegados en protestas anteriores, consciente de que esta jornada es delicada y va a coincidir con otra gran marcha organizada en contra del cambio climático.
El Arco del Triunfo fue epicentro de los altercados en la capital, que las fuerzas del orden intentaron contener con gases lacrimógenos, y ante los que a mediodía había ya unos treinta detenidos.
“No hay duda: instan a la violencia y están ahí para sembrar el caos en París. Profesionales del desorden equipados y con máscaras han infiltrado los cortejos. Mi consigna a la Prefectura de Policía: responder con la mayor firmeza a esos ataques inadmisibles”, dijo en Twitter el ministro del Interior, Christophe Castaner.
Los manifestantes tenían como objetivo acercarse al Elíseo, pero los accesos al Palacio presidencial, igual que a otros puntos considerados “sensibles”, habían sido bloqueados.
Aunque no está clara bajo qué forma continuarán las protestas después de la manifestación de este sábado, manifestantes como Van-Thanh Nguyen, francés de origen vietnamita que ha participado en 16 de las 18, asegura que seguirá luchando “hasta que las cosas cambien”.
“Macron es una marioneta del sistema”, apunta este parado de 60 años, que ha acudido a la capital desde Seine Saint-Denis, en la región parisina.
El pasado sábado, el Ministerio del Interior cifró los manifestantes en toda Francia en 28,600, de los que unos 3,000 se concentraron en París, el recuento más bajo desde el inicio de las protestas en noviembre.
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