Delphine Boël va a por todas. La hija de Alberto de los belgas no está dispuesta a limitar su lucha a un mero reconocimiento de paternidad por parte del exmonarca, a pesar de que en un principio aseguraba que no quería nada material de él. La belga ahora desea tener las mismas prerrogativas que el resto de hijos del exrey.
Aunque todavía queda que el Tribunal de Apelación confirme que Delphine es hija legítima del rey Alberto -será en el mes de octubre-, a estas alturas nadie duda de que la artista desciende del exmonarca a quien, por cierto, se le amenazó con una multa de 5000 euros diarios en caso de no someterse a la prueba de ADN. No sabemos lo que piensa ahora mismo el padre de Felipe de los belgas, pero sí tenemos una idea de lo que pretende Delphine.
Según confirmó ayer su abogado, la escultora ha solicitado tener exactamente los mismos derechos que sus dos hermanos y su hermana. Es importante matizar que habla de hermanos y no medio-hermanos y que lo que deja claro con esto es que quiere recibir el título de princesa, tratamiento de Alteza Real, una asignación pública e incluso una vivienda oficial, tanto para ella como para sus hijos.
Look se ha puesto en contacto con el periodista especializado en realeza Wim Dehandschutter, que ha seguido muy de cerca el caso. Tal como ha explicado en conversación con este digital, en el último encuentro entre los abogados de ambas partes se trataron varios temas fundamentales. Por un lado, la paternidad del Rey – aunque no hubo discusión al respecto, ya que desde el equipo legal del exmonarca ya se habían anunciado los resultados del test- y, por otro, las consecuencias de esta nueva situación, es decir, el nombre, los títulos y la parte económica.
“En lo que respecta a los nombres, el equipo legal de Boël ha pedido que se le reconozca la posibilidad de utilizar el apellido “Sajonia-Coburgo”, que reciben todos los miembros de la Familia Real desde el final de la Gran Guerra”, declara el experto. En esta misma línea, la artista quiere recibir el título de princesa, al igual que sus hermanos y hermana, a pesar de que no existe ningún tipo de vínculo emocional con ellos. Lo que sí hay es un vínculo económico y biológico. Ahora el patrimonio del exmonarca tendrá que dividirse entre cuatro.
Una de las cuestiones más interesantes de este asunto es, según el experto, el cambio de estrategia de Delphine Boël. La artista ha pasado de no reclamar nada a quererlo absolutamente todo. ¿Cuáles son los motivos que la han llevado a este punto? Wim Dehandschutter lo tiene claro.
“En principio, Delphine solo quería reconocimiento y ahora ha cambiado de opinión. El rey Alberto puede sentirse responsable de este enésimo error de cálculo. Hay un claro contraste entre su modestia inicial y lo que está ocurriendo ahora”, explica el experto.
Según él, Alberto de los belgas la sorprendió con el repentino anuncio en el mes de enero, algo que no se esperaba. Fue en un comunicado, sin ningún tipo de emoción, dejando claro que entre ellos no había relación, al contrario de lo que mostraban las fotos de la infancia de la artista.
“La extremadamente fría manera de comunicarse por parte del Rey dejó en shock a Delphine”, asegura el periodista. La artista esperaba otra cosa y por eso ahora considera que tiene derecho a pedir lo que en realidad le pertenece por derecho. “No busca venganza, pero no siente compasión tampoco”, mantiene Dehandschutter.
No será hasta el mes de octubre -quizás en torno al 29- cuando se pronuncie el Tribunal de Apelación, pero dadas las circunstancias parece claro que Delphine conseguirá parte de sus solicitudes. Seguramente será reconocida como hija del exrey y también quedará incluida en la herencia, sin embargo, respecto al resto de peticiones, resulta complicado hacer especulaciones al respecto.
Una ‘hermana’ más
Aunque el reconocimiento de Delphine Boël no ha pillado por sorpresa a nadie en Bélgica, de hecho, la mayor parte de la población siempre ha considerado que es la hija del exmonarca y no entendía por qué no se la aceptaba como tal, para la Familia Real sí que supone un cambio sustancial y no todos lo ven de la misma manera. Para sus ‘hermanos’ es una modificación en su herencia, pero también en su forma de relacionarse y es posible que se encuentre con algunas trabas.
“Delphine es consciente de que Laurent siente cierta simpatía por ella. Se conocieron en una fiesta y el Príncipe estuvo dándole conversación mientras les grababan las cámaras”, afirma el especialista. A ambos les une su mala relación con el rey Alberto, pero es poco probable que la artista se sienta capaz de hacer un acercamiento a su hermano motu proprio. Muy diferente es la situación de la princesa Astrid, la hasta ahora única hija de los Reyes. “Astrid es un gran apoyo para sus padres, siempre va a estar a su lado”.
A quien sí beneficiaría esta situación por extraño que pueda parecer es al actual rey, quien lo ve como “un problema de su padre”. “El reconocimiento oficial de Delphine Boël podría ser una buena noticia para Felipe. La insistente reticencia de su padre afectó de manera negativa a la imagen de la Familia Real, incluido el Rey. Mientras no había claridad en la consanguineidad, para Felipe era difícil aproximarse a Delphine, pero ahora no tiene excusa. No es necesario que haga una ceremonia de bienvenida ni nada por el estilo, sino que puede acercarse a ella como una mujer con la que comparte padre y respetarla. Eso sería una victoria para ambos”, reafirma Dehandschutter.