A 160 kilómetros de la capital de Kazajistán se encuentra un inhóspito paisaje, el lago Kobeytuz, característico por sus aguas de color rosado. El lugar llama mucho la atención de los turistas, que acuden provocando diariamente grandes aglomeraciones. Por ello, el país aspira a que el lago reciba el tratamiento de lugar sacro, para garantizar así que el flujo de personas no perjudique uno de sus grandes joyas.
Las autoridades del país se han visto obligadas a restringir la entrada al lago. Según los expertos, las consecuencias que estas visitas descontroladas podrían causar en el ecosistema, provocarían graves daños en la mermada salud de Kobeytuz. Además, la acumulación de deshechos en esta zona natural y la incursión de vehículos han alterado el fondo del agua y los alrededores del lago.
El Ministerio de Ecología de Kazajistán confía en que, con la ayuda de la infraestructura necesaria, este llamativo paraje no solo atraiga al turismo local, sino que aumente el turismo internacional. Según los expertos, al igual que en otros lugares con características similares, como el Retba en Senegal y la Laguna Rosa de España, el color rosa de sus aguas se produce por la presencia de una bacteria llamada Dunaliella.
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