Olga Novo, Premio Nacional de Poesía

La poeta Olga Novo, en una imagen de 2015.
La poeta Olga Novo, en una imagen de 2015.

Hasta hace solo siete años, la poesía gallega no había recibido nunca el Premio Nacional que cada otoño, desde 1977, concede el Ministerio de Cultura. El galardón a Manuel Álvarez Torneiro en 2013 acabó con un vacío de 36 años que no ha dejado de llenarse desde entonces. Dos años después, llegó la distinción para Gonzalo Hermo; en 2019 recayó en Pilar Pallarés; y este año ha ido a parar a manos de Olga Novo. Solo lo han recibido ocho mujeres y dos de ellas son gallegas. “Es importante no solo para Galicia sino para la convivencia armónica de las literaturas de este país”, subraya Novo este jueves tras conocer el fallo. “La poesía no sabe de fronteras, lo que importa es la belleza”.

El jurado del Premio Nacional de Poesía ha seleccionado la obra Feliz Idade de Novo, una poeta nacida hace 45 años en la aldea de Vilarmao, en A Pobra do Brollón (Lugo), y que publicó su primer poemario con apenas 21. El fallo destaca que se trata de un “relato vitalista que celebra el amor y la existencia más allá del tiempo”. “El libro es una criatura viva que relaciona la maternidad y la muerte con una profunda presencia crítica de la memoria histórica”, añade el tribunal del premio, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 20.000 euros.

El jurado destaca de Novo su voz “inconfundible y de gran potencia”, con un “lenguaje visionario” capaz de traer “a la contemporaneidad el eco ancestral de toda una tradición literaria”. Feliz Idade es un poemario atravesado por la maternidad y la muerte de su padre. Fue escrito a lo largo de siete años, un tiempo en el que Novo guardó silencio editorial —su último libro había sido Cráter, con el que ganó el Premio de la Crítica Española en 2011— pero afrontó una carga emocional “brutal”. Nació Lúa, su hija, y su padre enfermó de Alzhéimer y murió. Novo cuenta que exactamente el mismo día en que la pequeña consiguió bajar las escaleras sola, el abuelo de ella dejó de hacerlo. Ambos llegaron a jugar juntos y la poeta descubrió que “la felicidad son esos instantes”.

En Feliz Idade, avanza Novo, el lector encontrará “la memoria de los subalternos”, un homenaje a los que no pueden escribir poemas, a los labriegos gallegos casi analfabetos como su padre que trabajaron toda la vida para darles estudios a sus hijos. “Mi padre no tuvo nunca acceso a la alta cultura y no se daba cuenta de que la suya también lo era”, apunta la poeta. “Mi poesía es una lucha contra el poder que silencia a esos subalternos”.

Novo no suele presentarse a premios, pero este galardón, que se recibe sin pretenderlo, la ha emocionado especialmente. Cuando este jueves la llamaron para comunicárselo, se imaginó la alegría y el orgullo que hubiera sentido su padre, fallecido hace tres años. “Su bosque de cromosomas tiene continuidad en ti”, le escribe la poeta en Feliz Idade a su hija. Ella tiene ahora siete años y va para ocho.


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