El regreso de los Urdangarin a Cataluña


La familia Urdangarin-Borbón ha regresado a Cataluña, lugar que han convertido en su punto de reunión y en el sitio en el que les gustaría instalarse a medio plazo. De momento están dando los primeros pasos. Iñaki Urdangarin ha pasado allí con su esposa y sus hijos menores el último permiso penitenciario, concretamente en la zona del Maresme donde tienen muchos amigos y algunos familiares. Allí les resulta más fácil pasar inadvertidos que en Vitoria donde sus pasos son difícilmente discretos. Además, Pablo, el segundo de los hijos de la pareja de 19 años, también se ha instalado en Barcelona donde ahora estudia y se entrena en uno de los equipos de balonmano del Barcelona F.C, que dirige el amigo de su padre David Barrufet. En el pasado el joven militó durante una temporada en el TSV Hannover-Burgdorf, hasta que fichó por el HBC Nantes, un club de la liga francesa cuyo primer y segundo equipo están en manos de conocidos de Iñaki Urdangarin, que vela por los pasos de su hijo en el que fuera su deporte. El joven vive en un apartamento de Pedralbes, cerca del palacete de sus padres en el que se crió y estudia empresariales en la Universidad Europea.

En Barcelona, además, vive Ana, la hermana mayor de Iñaki, instalada en el barrio del Putxet. En la casa de Ana vivió durante una temporada Iñaki Urdangarin. Ella es también la anfitriona de la matriarca de la familia, Claire Liebaert, que pasa largas temporadas allí. La Infanta mantiene una estrecha relación con su suegra y sus cuñados, con quienes ha pasado las vacaciones de verano en Bidart, en el sur de Francia.

Cristina de Borbón nunca ha dejado del todo Barcelona. Vinculada laboralmente todavía con La Caixa, viaja regularmente a la ciudad para mantener reuniones de trabajo. Estas tareas las compagina con las que desarrolla a través de la fundación del Agá Khan en la sede que tiene en Ginebra. En la ciudad suiza vive la hermana menor del Rey de España con su hija Irene. El resto de sus hijos estudian ya en otros países. No es la primera vez que la Infanta intenta instalarse de nuevo junto a su familia en Barcelona. Tras su estancia en Estados Unidos lo hicieron unos meses pero la presión social y mediática les llevó a mudarse a Suiza.

A la vez que Pablo se decidía por Barcelona, el tercero de los hermanos, Miguel de 18 años, lo hacía por Londres. El ahijado del rey Felipe es muy buen estudiante y aficionado al piano, y ha decidido instalarse allí para estudiar Ciencias del Mar. El primero en dejar el hogar familiar fue el mayor Juan, que acaba de cumplir 21 años. El joven ha dedicado una gran parte de su adolescencia a trabajar como voluntario en proyectos impulsados por los jesuitas. Tras terminar sus estudios en Ginebra decidió tomarse un año sabático para marcharse a Camboya y pasar una temporada en Battambang, la población en la que monseñor Enrique Figaredo, Kike, desarrolla su labor humanitaria desde 1985. Este jesuita nacido en Gijón promueve varios proyectos a través de la ONG Sauce. La presencia de Juan Urdangarin se descubrió porque se sumó a las 4.000 personas que participaron en la segunda maratón de Battambang, un evento deportivo y solidario. Las fotos de esta cita se publicaron en las redes sociales de la ONG y en ellas se veía al joven. A este trabajo solidario le han seguido otros, el último de cuatro meses en la fundación Entreculturas, una ONG jesuita especializada en educación y cooperación al desarrollo. Pero allí ha terminado su colaboración, pues el joven planea proseguir con sus estudios de Relaciones Internacionales que inició hace dos años en la Universidad de Essex (Reino Unido).

Fuentes próximas a los Urdangarin aseguran que Iñaki está muy afectado por las últimas decisiones judiciales. La Audiencia Provincial de Palma denegó el tercer grado penitenciario o semilibertad al exduque, que cumple una condena de cinco años y 10 meses por el caso Nóos. El tribunal estimó dos recursos presentados por la Fiscalía contra sendas decisiones del titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León, Florencio de Marcos, que consideraban apropiado que comenzase a disfrutar de varios beneficios del régimen abierto ―entre ellos, ir a prisión solo de lunes a jueves a dormir― por lo que su situación permanecerá como hasta ahora, con tres salidas semanales de ocho horas cada una para hacer voluntariado y permisos ordinarios. El marido de la Infanta ingresó en la prisión de mujeres de Brieva, en Ávila, en junio de 2018 y cumplirá la mitad de la pena el próximo mes de mayo.




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