Hay determinadas épocas en la vida que marcan un antes y un después. Esto suele coincidir cuando hay muchos cambios. Es el caso de los 20, 30 y 40 años, etapas realmente importantes que nos motivan, pero a la vez, a muchas personas, les da por llorar o irritarse más de lo normal. ¿Cuál es la crisis de los 30, por qué sucede y cómo la afrontamos?
El estrés de cumplir años supone para muchos un hándicap porque da a la sensación de que el tiempo se va y no han hecho muchas de las cosas que pensaban. Es ahí cuando aparecen las crisis por la edad.
El reloj biológico de la mujer
Aunque cada vez se tienen hijos más tarde, hay temas culturales y sociales que pesan sobre nosotros. Uno de estos es el reloj biológico de la mujer que indica que es el momento de ser madre, pero siempre que una lo quiera, no porque lo imponga la sociedad.
Entonces sucede que muchas mujeres que viven solas, no tienen parejas o simplemente no se han podido independizar sufren crisis por ver lejano el hecho de ser madre.
Tener pareja, algo obligatorio
De niños creíamos que a los 30 años ya tendríamos una familia, una pareja y un trabajo estable que nos realizase. Pero pasan los años y quizás no suceda ninguna de las tres cosas. Esto es porque nos hemos puesto unas metas algo inalcanzables y que no tiene por qué ser así. La crisis de los 30 puede estar ligada a la necesidad de compartir la vida con otra persona.
¿Dónde estoy laboralmente?
Del mismo modo sucede con el aspecto laboral. Algunas personas creen que con esta edad deben ya tener un trabajo de responsabilidad, coordinar, tener un grupo de personas a su cargo o simplemente tener un trabajo que les motive y pueda ganar suficiente dinero. Pero esto actualmente es una odisea, no imposible, pero sí complicado.
No hemos triunfado en nada
Otras personas se sienten realmente frustrados a los 30 años porque no han conseguido ninguna de las metas que se había fijado en la vida. Pero esto es una realidad paralela y no es del todo cierto. Para poder afrontar este tema hay que mirar a nuestro alrededor y ver realmente todo lo que hemos conseguido como personas, porque es quizás más importante que todos los éxitos del mundo.
Nuevas responsabilidad
La crisis de los 30 años puede llegar también por muchos otros motivos. Hay cambios importantes en la vida y esto supone nuevas responsabilidades que muchos no están dispuestos a afrontar: casamientos, hijos, compra de un casa… pensamos que ya no podemos hacer la vida de antaño, como salir, no tener horarios ni estar con nuestros amigos.
Madurez
Hay personas maduras a los 20 e inmaduras a los 40. Pero sí es verdad que sobre los 30 años ciertas personas suelen madurar de golpe. Esto está condicionado con las cosas que nos acontecen en la vida. Muchos no están dispuestos a madurar tan rápido y entran en conflicto.
¿Debo ir al psicólogo?
Ante tanta indecisión e incertidumbre, muchos lo pasan mal y no avanzan. Creen que toda su vida es un drama, han dejado atrás los eternos 20 años, donde hay viajes, salidas, novios y nos sentimos bien en todas las facetas de la vida.
Pero esto no quiere decir que haya que visitar a un psicólogo porque suele ser algo temporal que aparece cuando uno cumple los 30 años y en breve el sentimiento desaparece para adaptarnos a este nueva edad y realidad.
Ahora bien, si esta situación dura más de la cuenta, nos sentimos cada vez peor, y más tristes e imposibilita realizar nuestra vida con normalidad, entonces sí podemos ir a buscar ayuda profesional.