Edward Snowden solicita la ciudadanía rusa

Edward Snowden, en una videconferencia sobre su libro, en septiembre de 2019.
Edward Snowden, en una videconferencia sobre su libro, en septiembre de 2019.DPA vía Europa Press / Europa Press

Edward Snowden solicitará la ciudadanía rusa. El exempleado de la CIA y exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que reveló los programas secretos de espionaje masivo de Estados Unidos vive asilado en Rusia desde 2013. Hace dos semanas, la Administración rusa ya le concedió la residencia permanente, el paso previo fundamental para lograr el pasaporte. Snowden y su esposa, Lindsay Mills, serán padres a finales de este año y el excontratista norteamericano, que está acusado de espionaje en EE UU, citó a su futuro hijo, que nacerá en Rusia, como uno de los factores para pedir la ciudadanía.

“Después de años de separación de nuestros padres, mi esposa y yo no tenemos ningún deseo de separarnos de nuestro hijo. Por eso, en esta era de pandemias y fronteras cerradas, estamos solicitando la doble ciudadanía rusa y estadounidense”, escribió en Twitter Snowden, autor hace siete años de una de las mayores filtraciones de secretos de Estado de la historia, que desató un debate mundial sobre la vigilancia gubernamental. Su abogado, Anatoli Kucherena, ha confirmado a la agencia estatal Tass que ya están preparando los documentos de solicitud. La ley rusa no otorga la ciudadanía por nacimiento en el país, como en Estados Unidos, sino si los progenitores (al menos uno de ellos) es ruso, como en España o si el país de origen de los padres no determina u otorga la ciudadanía del niño.

El pasado abril, como uno de los mecanismos para luchar contra la crisis demográfica, Rusia cambió su legislación, que obligaba a quien solicitase ser ciudadano ruso a renunciar a sus otros pasaportes. Ya no es así: Snowden podrá mantener la doble ciudadanía, según la nueva normativa rusa, que también simplifica los trámites para lograr la residencia permanente que la pareja ya tiene.

“Lindsay y yo seguiremos siendo estadounidenses, criando a nuestro hijo con todos los valores del Estados Unidos que amamos, incluida la libertad de decir lo que uno piensa. Y espero con ansias el día en que pueda regresar a Estados Unidos, para que toda la familia pueda reunirse. Nuestro mayor deseo es que, dondequiera que viva nuestro hijo, se sienta como en casa”, ha dicho en Twitter este lunes.

Después de dar a la prensa acceso a los polémicos archivos de alto nivel de confidencialidad que detallaban la vigilancia nacional e internacional y huir de Hong Kong a Moscú en 2013, el presidente ruso, Vladímir Putin, le concedió asilo. Rusia y Estados Unidos no tienen tratado de extradición pero la Administración rusa recalcó entonces que en ningún caso le extraditarían. El caso provocó una grave confrontación diplomática con la Administración del presidente Barack Obama.

La fiscalía estadounidense acusó hace siete años a Snowden de tres delitos graves: divulgación de información de inteligencia de comunicaciones, transmisión de información clasificada y robo de propiedad del Gobierno. Un informe de inteligencia de 2016 desclasificado le acusa también de haber estado en contacto con los servicios secretos rusos, algo que el excontratista de la NSA ha negado siempre.

Snowden, de 37 años, ha mantenido un perfil bajo desde su llegada a Moscú y conserva sus movimientos en secreto. El denunciante ha publicado sus memorias e interviene en conferencias y seminarios sobre privacidad y tecnología a través de videoconferencias. Cuenta que ha aprendido ruso y que Moscú es una “ciudad hermosa”, pero se cuida de hacer críticas duras al Gobierno de su país y ciudad de acogida.

Aunque en ocasiones ha insinuado sus deseos de obtener asilo en Alemania o en Francia, el denunciante, que siempre defiende la filtración que arrojó luz sobre las actividades de vigilancia de Washington, comentó en una entrevista con la cadena CBS el año pasado que su “objetivo final” es regresar a Estados Unidos, aunque solo si allí se le garantiza “un juicio justo”.

El pasado agosto, el presidente estadounidense, Donald Trump, abrió una pequeña puerta para su vuelta. El magnate republicano, que antes de su llegada a la Casa Blanca había llamado a Snowden repetidamente “traidor” y llegó a decir que era un “espía que debería ser ejecutado”, declaró en una entrevista con The New York Post que analizaría la posibilidad de concederle el indulto.




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