Usar lejía para limpiar una alfombra tiene sus limitaciones. En primer lugar, use lejía solo si es necesario y solo si es la última opción que queda. No use lejía en alfombras de lana, y dado que la lejía hace que la alfombra sea más clara, nunca debe usarse en alfombras de colores ricos ya que el color puede desvanecerse. De hecho, es mejor usar solo para alfombras blancas o blancas sucias. También es mejor para alfombras que se han manchado con colores difíciles de quitar. Para las personas que consideran que la lejía es la única solución para limpiar una alfombra manchada, siga leyendo.
Importante: Antes de intentar este método, compruebe lo que dice su garantía. Algunas garantías prohíben el uso de ciertos productos químicos y soluciones en alfombras resistentes a las manchas. El uso de soluciones prohibidas anulará la garantía.
Paso 1: preparar la alfombra
Comprenda que la lejía no elimina fácilmente el moho de la alfombra. Si su alfombra tiene moho, primero use un producto de limpieza de moho para deshacerse de las esporas que se adhieren a las fibras de la alfombra. Si hay sustancias apelmazadas adheridas a la alfombra, use un cuchillo para aflojarlas y limpiarlas después. Antes de continuar con la aplicación de lejía, use una aspiradora para aspirar toda la suciedad y los escombros que aún se adhieren a la alfombra.
Paso 2: preparar la solución de lejía
Antes de preparar la solución de lejía, asegúrese de cubrirse las manos con guantes de goma y usar una mascarilla para proteger el sistema respiratorio del fuerte olor que emiten los químicos de lejía. Solo una gota de lejía en las manos puede causar efectos indeseables, así que tenga mucho cuidado al manipularla.
Usar lejía directamente sobre la alfombra definitivamente la manchará aún más. En su lugar, mezcle una buena solución de lejía en un recipiente agregando una taza de lejía a un galón de agua y luego vierta la mezcla en un recipiente rociador. Antes de proceder con la aplicación de la solución sobre la alfombra, deje que la habitación o el área de trabajo esté bien ventilada. Si es posible, lleve la alfombra a un lugar con aire fresco.
Importante: Nunca permita que la lejía entre en contacto con otros químicos, específicamente el amoníaco, un químico que también se usa para limpiar. Los vapores que produce la combinación de lejía y amoníaco pueden ser fatales.
Paso 3: rocíe el área afectada
Si la alfombra es completamente blanca, una parte de ella se puede rociar con la solución sin dejar ninguna superficie de color desigual. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es mejor rociar toda la superficie de la alfombra con la solución para garantizar la uniformidad del tono. Dado que la lejía dejará la alfombra de un color más claro, rocíe la alfombra de manera uniforme con la solución hasta que todo esté tratado. Deje que la lejía se asiente sobre la alfombra durante aproximadamente 30 minutos a una hora.
Paso 4: lavar la alfombra
Para eliminar el olor a lejía de la alfombra, así como cualquier resto de suciedad, lave la alfombra con agua a fondo y luego aplique champú para alfombras. Utilice un cepillo si es necesario para eliminar la suciedad rebelde que aún se adhiera a las fibras. Enjuague la alfombra lavada con champú nuevamente con agua antes de dejarla secar. Para acelerar el proceso, use una aspiradora limpiadora de alfombras o algo similar para succionar la mayor cantidad de agua posible.