Renzi cancela su encuentro con Conte y añade tensión a la crisis política italiana

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, el pasado jueves en Bruselas.
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, el pasado jueves en Bruselas.OLIVIER HOSLET / POOL / EFE

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, se ha visto obligado a convocar a los líderes de los partidos que conforman la coalición de Gobierno para verificar si tiene su apoyo. La ronda de consultas terminará este martes con el líder de Italia Viva, Matteo Renzi, que la semana pasada amenazó con tumbar el Ejecutivo retirando a su decisivo grupo de parlamentarios si Conte no aceptaba someter al Parlamento la gestión de los fondos europeos para la pandemia. El primer ministro estudiaba remodelar el Gobierno y dar más peso al Partido Democrático (PD) para evitar una crisis mayor. Pero las primeras reuniones terminaron con un rechazo a esa posibilidad.

La crisis de gobierno es una amenaza recurrente en los ciclos políticos italianos. Ningún primer ministro está a salvo, ni siquiera en momentos como el actual, donde una caída del Ejecutivo podría tener consecuencias desastrosas. Pero las aguas bajan revueltas en Roma y el primer ministro, Giuseppe Conte, ha decidido llamar a consultas a los partidos que forman la coalición de gobierno (Movimiento 5 Estrellas y Partido Democrático) para verificar su disponibilidad a seguir sosteniéndolo. La turbulencia, desatada por la amenaza de Renzi de hacer caer a Conte por su disconformidad en cómo deben gestionarse los casi 209.000 millones de euros que llegarán desde la UE, podría saldarse con la clásica remodelación del Ejecutivo: cargos y poder para los descontentos.

Conte, que ya sobrevivió a un cambio de Gobierno hace año y medio, sabe que esta vez tendrá que aplicarse para conservar el puesto. La realidad es que nada aconsejaría provocar un altercado político de este tipo. La crisis sanitaria, económica y la confusión reinante en la mayoría de partidos lo desaconsejan. Pero el movimiento de Renzi, que el viernes confirmó en este diario, debe tomarse en consideración. El número de diputados y senadores de Italia Viva son cruciales para la supervivencia de Conte.

El primer ministro inició ayer una ronda de consultas con el Movimiento 5 Estrellas y el PD. Conte necesita estar seguro de que puede mantener en pie el Ejecutivo y trasladárselo al presidente de la República, Sergio Mattarella. Si no fuera así, el plan de emergencia consistiría en asegurarse su apoyo y la unidad de la coalición a cambio de una remodelación que daría más poder, principalmente, a los socialdemócratas. Pero de momento, los dos partidos consultados confirmaron a Conte su apoyo y le sugirieron aplazar la decisión sobre posibles cambios en los puestos del Ejecutivo.

En el PD, es cierto, consideran desde hace tiempo que el reparto de cargos ha quedado desfasado a la luz de la fuerza que tiene hoy cada partido. El M5S ha perdido un gran peso en las encuestas, y la formación que lidera Zingaretti ha sabido frenar la hemorragia y presentarse como un dique sólido en tiempos de crisis. Sin embargo, tanto el PD como los grillinos lo descartaron por ahora a la salida de la reunión. “Hablar de cargos y sillones ante una crisis como la que estamos viviendo sería surrealista”, apuntó Di Maio.

La decisión va más allá de estos partidos. Hoy se producirá el encuentro más importante. Conte se verá con Renzi, que en las últimas horas se ha mostrado más dispuesto a dialogar. El líder de Italia Viva, experto en este tipo de movimientos —llegó así al poder liquidando a Enrico Letta en 2014 y fue quien descabalgó a Matteo Salvini del poder hace un año y medio— cree que existe una mayoría suficiente en el Parlamento para llevar a cabo la operación. El florentino ha anticipado que no aceptará cargos ni puestos en el consejo de ministros a cambio de renunciar a su petición de que la gestión de los fondos europeos pase por el Parlamento. Pero en su entorno no tienen claro que pueda permitirse ser el responsable de una crisis de gobierno en un momento tan delicado para Italia. “Hay una batalla en el plano de la comunicación que debe ganarse”, señalan fuentes de Italia Viva.


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