La Fiscalía Antiterrorista de París ha solicitado este martes altas penas de cárcel, incluidas dos cadenas perpetuas, para los 14 acusados por diverso grado de complicidad en los atentados de enero de 2015 contra la revista satírica Charlie Hebdo y contra un supermercado judío en París que dejaron en total 17 muertos.
“Las condenas deben estar a la altura de la gravedad extrema de los hechos”, ha reclamado la fiscal Julie Holveck a los cinco jueces del tribunal penal especial que deberán dar a conocer su fallo la semana que viene, después de más de tres meses de juicio interrumpido en varias ocasiones por el coronavirus y durante los cuales Francia ha sufrido nuevos ataques yihadistas relacionados con la publicación de caricaturas del profeta Mahoma que provocaron el primer atentado contra la revista satírica. “Sabemos que la ideología yihadista intenta destruir las sociedades occidentales, es una amenaza exógena y endógena constante”; este juicio “servirá de patrón” para otros procesos, ha agregado. La otra gran causa contra el terrorismo en Francia, la de los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en la sala de fiestas Bataclan, que cerraron ese aciago año con 137 muertos más, debe celebrarse en septiembre del año que viene y este primer proceso puede servir de referente.
Ninguno de los 14 acusados en la vista que comenzó en septiembre tuvo una acción directa en la comisión de los atentados. Sus autores materiales, los hermanos Chérif y Said Kouachi, que masacraron a 12 personas en el ataque a Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015, y su compinche, Amedy Coulibaly, que mató a una agente de policía antes de asesinar a otras cuatro personas dos días más tarde en el supermercado judío Hyper Cacher de París, fueron abatidos poco después de los ataques. Aun así, durante el juicio, la acusación ha intentado demostrar que todos los que se han sentado en el banquillo, 11 hombres de diferentes edades, y los tres que han sido juzgados en ausencia, entre ellos la única mujer, Hayat Boumeddiene, esposa de Coulibaly, supieron en mayor o menor grado que los terroristas pretendían perpetrar un atentado de carácter extremista y aun así decidieron ayudarles a adquirir armas, recaudar dinero y otros apoyos que posibilitaron los ataques.
De hecho, afirmó la fiscalía en su alegato de casi una hora contra el principal inculpado presente, Ali Riza Polat, este hombre de 35 años fue un “pivote” fundamental en todos los atentados de enero de 2015. “Aunque lo niegue, tuvo un conocimiento preciso” antes del paso al acto de los hermanos Kouachi y de Coulibaly, a quien conocía desde hacía años, dijo el otro fiscal encargado de los alegatos finales, Jean-Michel Bourlès. “Es el eje de los preparativos, es la pieza clave, no se le puede disociar de los hermanos Kouachi y Coulibaly. Actuó de forma transversal en cada etapa material y temporal de los atentados”, insistió la fiscal Holveck antes de solicitar la pena máxima, la cadena perpetua.
Es la misma sentencia máxima que afronta otro de los acusados, Mohammed Belhoucine, considerado el mentor religioso de Coulibaly y también clave en el apoyo operacional contra el terrorista del Hyper Cacher. Belhoucine huyó junto con su hermano Mehdi, contra quien la fiscalía ha pedido 20 años de cárcel, hacia la región sirio-iraquí pocos días antes de los atentados y se cree que ambos han fallecido, aunque no hay una confirmación oficial.
También permanece huida, aunque hace un año un testimonio asegurara que seguía con vida, Boumeddiene. Contra la esposa de Coulibaly, que huyó también unos días antes de los atentados desde el aeropuerto de Madrid-Barajas, la fiscalía ha solicitado este martes 30 años de cárcel, diez más que los originalmente previstos, en vista de que “se ha convertido en un instrumento de propaganda, es la princesa del Estado Islámico”, dijo Holveck.
Para el resto de los acusados, la fiscalía pidió penas de entre cinco años la más baja hasta los 20, con una demanda de cumplimiento mínimo de dos tercios de la pena en cada caso. El lunes, los fiscales habían solicitado ya a los jueces una respuesta “firme y equilibrada” para unos acusados que deben asumir “su parte de responsabilidad” ya que, “sin ellos”, los Kouachi y Coulibaly no podrían haber perpetrado los mortíferos ataques que provocaron una oleada de rechazo nacional e internacional. Los abogados defensores comenzaron este mismo martes sus propios alegatos finales, que deberían prolongarse hasta el lunes próximo. El veredicto es esperado para el próximo miércoles 16.
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