Medianoche del domingo. Ese es el plazo fijado por el Parlamento Europeo para que la UE y Reino Unido alcancen un acuerdo post-Brexit si los negociadores quieren que el texto sea ratificado este mismo año y que entre en vigor el 1 de enero. De lo contrario, tres de los principales grupos parlamentarios —populares, socialistas y liberales— amenazan con aplazar a 2021 la aprobación del acuerdo, lo que podría provocar un caos fronterizo tras la expiración el 31 de diciembre del período transitorio del Brexit. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han mantenido este jueves una conversación telefónica para hacer balance de la recta final de las negociaciones que ellos mismos pusieron en marcha el pasado domingo. Ambos han reconocido que hay todavía diferencias importantes pero que podrían superarse. Esta vez, sin embargo, el comunicado no ha sido conjunto, y el tono de Londres ha sido notablemente más pesimista que el de Bruselas.
“Damos la bienvenida a los importantes progresos en muchos puntos”, ha señalado la presidenta de la Comisión en su comunicado. Pero ha advertido que “todavía hay grandes diferencias, sobre todo en pesca. Superarlas será un gran desafío”. Las negociaciones continúan, ha añadido.
Johnson, en cambio, describía un horizonte cercano mucho más complicado y pesimista. “Las negociaciones están en un momento muy grave. Queda muy poco tiempo y ahora mismo no parece que pueda alcanzarse un acuerdo a menos que la postura de la UE cambie de un modo sustancial”, aseguraba un portavoz del Gobierno británico.
El nuevo plazo para cerrar el acuerdo, fijado esta vez por el Parlamento, expiraría a las 12 de la noche del 20 de diciembre, a solo 11 días del final del período transitorio. Desde el referéndum del Brexit en 2016, el proceso de salida del Reino Unido de la UE ha desbordado una y otra vez todos los calendarios previstos. “Nunca había visto una negociación con tantos plazos incumplidos”, ironiza una fuente diplomática. Pero el de este domingo podría ser el definitivo porque la ratificación del tratado, por muy acelerada que sea, necesita un mínimo margen, estrechado además por las fiestas navideñas.
El ultimátum parlamentario podría neutralizarse con la entrada en vigor de forma provisional del acuerdo por decisión del Consejo de la UE. Pero la Comisión Europea se resiste a ese desaire hacia el Parlamento y pugna por concluir un acuerdo a tiempo para que los europarlamentarios den su consentimiento antes de fin de año.
Von der Leyen informaba este miércoles ante el Parlamento Europeo de los avances registrados en dos de los puntos más polémicos: las normas para evitar una competencia desleal y los mecanismos de control de aplicación del acuerdo. “Me complace informar que en los temas ligados a la gobernanza están básicamente resueltos”, señaló la presidenta de la Comisión. La líder europea indicó también avances en el control de las ayudas de Estado, “con la posibilidad de adoptar medidas de corrección de manera autónoma” y en equiparación de estándares, “con un mecanismo de no retroceso”.
Las posiciones parecen mucho más alejadas en cuanto al acceso de la flota pesquera europea a aguas británicas hasta el punto de que Bruselas duda que sea posible llegar a un pacto. La falta de acuerdo en esa materia, sin embargo, podría paliarse con las medidas de contingencia aprobadas por la UE que, si son aceptadas por Londres prolongarían el acceso durante un año. Sin embargo, las declaraciones del Gobierno británico, minutos después de que terminara la conversación telefónica entre Johnson y Von der Leyen, alejaban la posibilidad de que haya un acuerdo pronto sobre este asunto. “El Reino Unido no puede aceptar una situación en la que se convierta en el único país del mundo que no tenga control sobre sus propias aguas durante un largo periodo, y en la que tenga que soportar la imposición de cuotas que provocan gran desventaja a su propia industria pesquera”, decía un portavoz de Downing Street.
Las dos partes, en todo caso, tienen ya preparada la logística para cerrar un acuerdo esta semana y proceder a su tramitación a partir de la que viene. Los representantes permanentes de los 27 Estados miembros ante la UE ya han reservado una posible cita el próximo lunes con vistas a revisar el borrador del Tratado si los equipos negociadores de Michel Barnier, por parte europea, y David Frost, por parte británica, concluyen su trabajo el domingo. Si el proyecto recibe el visto bueno, el Consejo de la UE podría aprobarlo formalmente el miércoles y remitirlo al Parlamento Europeo, que aún podría celebrar una sesión extraordinaria en la última semana del año. El Gobierno de Boris Johnson también ha dejado claro que está dispuesto a convocar al Parlamento de Westminster, ya en período vacacional, si fuera necesario ratificar el acuerdo.
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