El Dakar 2021 es un toma y daca. Especialmente para las motos, las más madrugadoras, las que descubren el camino cada jornada. En estos primeros días de competición bien se está demostrando que el director del rally, David Castera, no iba de farol. Complicar la navegación, hacer todavía más difícil la elección de la ruta correcta en un escenario prácticamente inexplorado como lo es el desierto saudí, está llevando a los favoritos de cabeza. Una de cal y una de arena. La de cal la recibe habitualmente el que abre pista, toda una papeleta en esta edición. La de arena (valga el juego de palabras, especialmente, en este caso) es para los que un día antes, yendo en cabeza, pagaron el pato, de modo que al salir muy retrasados tienen el terreno ya trabajado y muchas marcas de rueda señalan la dirección ideal.
En esas está Toby Price (KTM), dos veces campeón del Dakar y ganador de la primera etapa. Y también de la tercera. En la segunda no venció: la primera jornada con dunas, en la que la toma de decisiones y la técnica se impusieron a la velocidad, siempre presente aunque menos decisiva en estos días, provocó un cambio en el liderato de la clasificación y encumbró en la general a los pilotos de Honda Joan Barreda y Ricky Brabec, el vigente campeón. Pero el juego de este Dakar propicia pues un nuevo golpe de timón.
Ahora el líder de la general es prácticamente un recién llegado: el estadounidense Skyler Howes (Bas KTM), quien en su segunda participación en la carrera logró este martes un cuarto puesto que le da, de momento, el mando de la clasificación por delante de una decena de favoritos. Por delante incluso de Price, que logró su decimotercera victoria en el Dakar desde la 29ª posición de salida. La remontada fue espectacular. A pesar de la gran carrera de Kevin Benavides (Honda), que aguantó a la cabeza los primeros 262 km y acabó conformándose con un fructuoso segundo puesto (a poco más de un minuto del australiano) que lo encumbra también al segundo de la general.
El día fue mucho más complicado para Barreda y Brabec, que tras los primeros 183 kilómetros acumulaban un retraso de más de 15 minutos y que terminaron finalmente a 24 minutos de Price, el primero (30º); a 17, el segundo (20º).
Un error y un pinchazo
Algo parecido le ocurrió a Carlos Sainz con su Mini, que aunque no salía el primero, lo hacía en una de las primeras posiciones tras el tercer puesto del día anterior. Y equivocó la ruta. “No ha sido un buen día”, asumía el piloto. Era segundo en el kilómetro 88, pero eligió mal en el kilómetro 156. Se desvió unos dos kilómetros y aquello le costó media hora, cayendo hasta el cuarto puesto de la clasificación general. “Había un cambio de rumbo y nos hemos desviado un poco a la izquierda, con tan mala suerte que hemos validado el punto siguiente al que nos tocaba validar en ese momento. A partir de ahí, no he entendido nada, no sabía dónde estaba… Hemos empezado a seguir algunas trazas para conseguir ubicarnos. Cuando nos hemos dado cuenta hemos vuelto, hemos validado el punto anterior y hemos seguido. Luego, hemos pinchado. Un día completito. Pero bueno, cosas del Dakar”, se lamentaba Lucas Cruz, el copiloto del madrileño.
Se trataba de una etapa en bucle en torno a Dawi Al Dawasir, con grandes extensiones de arena y navegación muy complicada; había algunas zonas trialeras también. Puro Dakar. Y la suerte corrió del lado de Nasser Al-Attiyah, ganador también de la segunda etapa y que hizo una magnífica carrera este martes al frente de la caravana de coches. El qatarí consiguió una ventaja de dos minutos y 27 segundos sobre el otro Toyota, el del novato sudafricano Henk Lategan.
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