Más de 1.900 expositores de todo el mundo y más de 100 horas de conferencias. Son las cifras del primer CES virtual de la historia debido a la pandemia de coronavirus. Se trata de la feria de electrónica de consumo más grande e influyente del mundo. Desde 1967, en ella se han presentado inventos como el CD, la televisión en alta definición o las impresoras 3D. Este año el CES ha tenido lugar entre el 11 y el 14 de enero. No se han realizado grandes anuncios, pero sí se han confirmado las tendencias tecnológicas que van a predominar en los próximos meses: de la salud digital al 5G pasando por los drones, la robótica y las ciudades inteligentes.
Steve Koenig, vicepresidente de investigación de la CTA (la asociación de compañías tecnológicas de EE UU, que organiza el CES), considera que 2020 ha sido un año realmente difícil por la crisis de salud y la recesión económica. “Hemos sido testigos de cómo la innovación tecnológica ha contribuido a proporcionar soluciones a la economía e incluso a salvar vidas”, afirma. Para él, “cuando la economía está en su peor momento es cuando tendemos a ver la innovación en su mejor momento”. Y la pandemia “lo ha demostrado”.
La situación de alerta generada por el coronavirus ha provocado una aceleración de tendencias como el e-commerce, la telemedicina o la visualización de vídeo en streaming. Un informe de la compañía McKinsey & Company publicado en 2020 indica que los pedidos por Internet aumentaron lo mismo en ocho semanas que anteriormente en 10 años, que las citas médicas virtuales se multiplicaron por 10 en 15 días y que a Disney+ le costó solo cinco meses conseguir cinco millones de suscriptores frente a los años que le llevó a compañías de la competencia.
Salud digital
La pandemia global ha acelerado la innovación tecnológica especialmente en el ámbito de la salud. “Por ejemplo, los consumidores queremos controlar nuestra propia salud, ya sea rastreando nuestras actividades diarias usando un reloj inteligente o una pulsera de fitness o administrando nuestra comida o ingesta de agua mediante una aplicación en el teléfono”, señala Lesley Rorhbaugh, directora de investigación de la CTA.
La salud digital “ya se ha convertido en parte de nuestra vida cotidiana”. Si en 2019 los ingresos por envíos de dispositivos que monitorizan la salud alcanzaron los 365 millones de dólares en EE UU, la CTA espera que este año lleguen a 845 millones y en 2024, a 1.246 millones. Entre estos aparatos, hay algunos que monitorizan la frecuencia cardiaca, la presión arterial o la temperatura. Los wearables ya no solo se llevan en la muñeca. Mientras que anillos como Oura monitorizan el sueño, el ejercicio y la temperatura corporal, prendas como Nuubo vigilan el corazón.
A ello se suma el potencial de la inteligencia artificial para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. Las máquinas ya han comenzado a ganar a los humanos en la predicción de riesgo del cáncer o el alzhéimer. Múltiples empresas han tratado de aprovechar esta tecnología durante la pandemia. Por ejemplo, la empresa valenciana Quibim ha creado una red neuronal que determina la afectación de un contagiado a partir de imágenes médicas y científicos de Cambridge pretenden crear algoritmos capaces de detectar por el habla, la tos y la respiración si una persona está contagiada.
Transformación digital
Cuando el año pasado llegó la pandemia, había múltiples organizaciones que estaban en un camino de transformación digital, según Koenig: “Muchas tuvieron que migrar a la nube para acceder a los datos de los trabajadores e incluso para dar soporte a clientes y terceros”. En abril de 2020 seis de cada 10 empresas internacionales esperaban que el uso de la nube superara sus previsiones debido a la COVID-19, según un informe de la compañía de software Flexera. Para la mayoría de estas compañías, los principales desafíos son la seguridad y cómo administrar el gasto en la nube.
La CTA espera que la migración a la nube y la transformación digital se aceleren en 2021 en todos los sectores: desde el deportivo al judicial o al de la educación. “Menos mal que hemos tenido herramientas digitales para mantener a los estudiantes frente a sus maestros durante los últimos meses”, sostiene Koenig. Tecnologías como la inteligencia artificial y la robótica también cobrarán fuerza. El 43% de los líderes de empresas tecnológicas afirman que la inteligencia artificial y el machine learning importan ahora mucho más de lo que pensaban debido a la pandemia, según un informe de Algorithmia.
Robótica y drones
Los robots, que son un clásico en ferias como el CES, han resultado especialmente útiles durante la pandemia. Hay hospitales en los que miden la temperatura a pacientes, llevan medicamentos, desinfectan espacios o se encargan de las labores de triaje. Tanto los robots autónomos como los drones pueden utilizarse además para entregar paquetes en lugares de difícil acceso o en poblaciones rurales. Rorhbaugh asegura que estas máquinas “continuarán desempeñando un papel fundamental en el apoyo a las comunidades más desatendidas”.
Los usuarios poco a poco se van acostumbrando a estas tecnologías. Más de una cuarta parte de los estadounidenses son ahora más favorables a los sistemas de entrega autónomos que antes de la pandemia, según un estudio realizado por la CTA. Además, cada vez son más las empresas que incluyen estas tecnologías en su día a día. Gartner vaticina que los ingresos mundiales relacionados con software de automatización de procesos robóticos alcanzarán casi los 2.000 millones de dólares para 2021, lo que supone un aumento del 19,5% con respecto a 2020.
Conectividad 5G
Desde hace un par de años, diferentes países como España, Japón, China, Reino Unido, Italia o Estados Unidos han comenzado a desplegar redes 5G. Esta tecnología promete una mayor velocidad y una menor latencia —el tiempo de respuesta que tarda un dispositivo en ejecutar una orden desde que se le manda la señal—. En la actualidad hay 135 redes comerciales de 5G en todo el mundo, según la CTA. Pero el despliegue no ha sido uniforme. Mientras que gran parte de Asia, Europa o América ya cuentan con esta tecnología, la mayoría de países de África ni siquiera han invertido en ella.
Koenig espera que a mitad de esta década el 5G ya esté funcionando en todo el mundo. La situación generada por el coronavirus ha mejorado las expectativas, según un estudio de Qualcomm publicado en noviembre. En los próximos 15 años se espera un aumento del 10,8% de la inversión global en 5G e I+D en comparación con los pronósticos antes de la pandemia. La investigación también indica que en 2035 habrá unos 22,8 millones de puestos de trabajos relacionados con esta tecnología.
Ciudades inteligentes
La implementación de las redes 5G puede servir como un punto de inflexión para las ciudades inteligentes. Diferentes urbes del mundo ya cuentan con sensores conectados que rastrean la calidad del aire, los niveles de ruido, la temperatura o incluso la actividad de los peatones. Entre 2019 y 2025, el número de conexiones globales de IoT se duplicará y alcanzará casi los 25 mil millones, según la GSMA, la asociación de operadores de telecomunicaciones. Rorhbaugh indica que los quioscos inteligentes son otro desarrollo dentro de las smart cities “que pueden proporcionar alertas públicas, acceso a información de salud, asistencia para la navegación a diferentes instalaciones…”. Todo en paneles de datos en tiempo real.
Los sensores mencionados también han llegado a los edificios. Algunos como The Edge de Deloitte en Amsterdam o The Crystal en Londres los utilizan para lograr una mayor eficiencia y un ahorro energético. “Los edificios inteligentes tienen sensores que miden la ocupación y los espacios compartidos y también plataformas de inteligencia espacial donde los empleados pueden usar un panel para ver qué áreas tienen capacidad antes incluso de dejar su escritorio”, concluye Rorhbaugh.
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