La losa de la deuda se hace cada vez más pesada. El pasivo del conjunto de las Administraciones marcó el enésimo récord en noviembre, al alcanzar los 1,31 billones de euros, según el avance mensual publicado este lunes por el Banco de España. Se trata de la cifra más alta jamás registrada en las estadísticas, al avanzar el volumen de deuda un 10,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El repunte ha sido de 6.562 millones con respecto al pasado octubre, y de 124.605 millones frente a noviembre de 2019.
Este crecimiento tan repentino de la deuda no es exclusivo de España y es el reflejo de las masivas políticas de contención que los Gobiernos han puesto en marcha para evitar que la pandemia causara daños mayores a la economía: flexibilización de los ERTE, ayudas a autónomos, líneas de crédito ICO… Medidas que, a la vez, se han sumado a un desplome de los ingresos como efecto del parón de la actividad decretado para limitar los contagios.
El Banco de España no desglosa en la publicación de este lunes cuánto supone este abultado pasivo sobre el PIB. Si se toma en cuenta el volumen de la economía durante los últimos cuatro trimestres, la tasa de deuda se situaría en el entorno del 114,6%, el porcentaje más alto en un siglo. Para el cierre de año, el Gobierno prevé que la tasa escale hasta el 118,8% del PIB frente al 95,5% de 2019, y se reduzca ligeramente en 2021. En cualquier caso, significa que el pasivo es superior a lo que la economía es capaz de producir.
Según el desglose publicado este lunes por el supervisor bancario, el Estado es el subsector de la Administración que acumula el grueso de la deuda: su pasivo creció en noviembre hasta los 1,16 billones de euros, un avance del 11,1% con respecto al año anterior (116.853 millones más) y del 0,4% frente al anterior mes de octubre, pero inferior a los 1,17 billones marcados en septiembre.
La deuda de las comunidades autónomas también creció hasta los 304.216 millones de euros, un aumento interanual del 2,3%, mientras que los Ayuntamientos redujeron su pasivo un 7,8% con respecto lo registrado en el mismo periodo de 2019. El de la Seguridad Social, en cambio, marcó un nuevo máximo histórico en el undécimo mes del año: su deuda creció un 10,7% frente a octubre, hasta alcanzar un récord de 85.354 millones de euros. En términos interanuales, el avance ha sido superior al 55%, reflejo de los préstamos que el Estado ha concedido a la Seguridad Social para asegurar el pago de las pensiones.
Emisiones netas
El año pasado, el Tesoro emitió unos 110.000 millones de euros, la segunda mayor cifra emisiones netas jamás registrada tras la de la crisis financiera de 2009. Para este año, el Gobierno es más optimista. Tras prever en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado otro año de emisión neta récord por una cifra igual a la de 2020, el Ejecutivo ha rebajado sus estimaciones de necesidades de financiación neta en unos 10.000 millones debido a las mejores perspectivas de recaudación en la parte final del año: el Tesoro anunció el pasado viernes 8 de enero que la emisión total neta para este año tendrá un valor de unos 100.000 millones de euros.
La buena noticia es que estas cifras tan voluminosas, que en otras épocas históricas hubieran hecho saltar todas las alarmas y puesto en entredicho la sostenibilidad de las cuentas, no supondrán un problema mayor a corto plazo. Las compras masivas del BCE con su política de tipos ultrabajos garantiza que los costes de financiación se mantengan en mínimos. De hecho, la mitad de la deuda emitida en 2020 fue adjudicada a tipos negativos, reduciendo en unos 2.000 millones la factura del Estado en intereses.
Source link