Madrid es en estos momentos álgidos de la pandemia una de las pocas ciudades en el mundo que mantiene abiertos sus museos, pese a la limitación a una tercera parte de su aforo. Las visitas, entre un 70% y 80% menos, se limitan al turismo local. Pese a ello, los grandes museos no tiran la toalla y se disponen a recuperar las citas canceladas en 2020 y a transformar sus colecciones permanentes. Con esta incertidumbre, Miguel Falomir, director del Museo del Prado, cruza los dedos al decir que la programación prevista es la que le gustaría, pero otra cosa será lo que quede ante los malos tiempos que se viven en todo el planeta.
Con Invitadas y Reencuentro prorrogadas a lo largo de febrero, la gran exposición de la temporada llega el 2 de marzo. Es Pasiones mitológicas y reúne por vez primera desde el siglo XVII las seis grandes pinturas mitológicas basadas en la poesía clásica griega, conocidas como Poesías, pintadas por Tiziano para Felipe II entre 1551 y 1562. Es un esfuerzo conjunto entre varios museos internacionales que arrancó el pasado año en la Galería Nacional de Londres, donde sufrió dos cierres debido a la pandemia. En Madrid han querido enriquecer la muestra con pinturas de Veronese, Allori, Rubens, Ribera, Poussin, Velázquez, Van Dyck y algunos otros aún por determinar.
La otra gran exposición del año llegará a primeros de octubre: Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España. En ella, explica Falomir, se pondrán en valor las aportaciones artísticas del llamado Nuevo Mundo a España y, por extensión, a toda Europa. La finalidad de esta muestra es visibilizar el rico patrimonio artístico que, proveniente de América, se conserva en instituciones culturales, espacios religiosos o colecciones particulares, principalmente en España.
Pero la gran tarea a la que se dedicarán los conservadores del museo a lo largo del año es la transformación de la colección permanente. Reencuentro, la exposición con la que el museo abrió después del confinamiento, ha servido de banco de pruebas para estudiar por dónde debía de ir la relectura. “Quisimos contrastar nuestra opinión con la del público”, explica Falomir. “El 90% de los que dieron su opinión estuvieron a favor de esa nueva mirada. Desde que llegué al museo en 1997 [como Jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa] dije que había anacronismos y que, en algunas partes, se seguían modelos decimonónicos obsoletos. La reorganización de la colección era una asignatura pendiente”.
Advierte el director del Prado de que las transformaciones no obedecerán a caprichos, sino que serán resultados muy meditados. Un cambio importante será la inclusión de mujeres artistas en la colección permanente, aunque aún no sabe quiénes serán las elegidas. La exposición Invitadas será un referente en esa transformación. Pese a las condiciones restrictivas, ha sido vista por 46.500 visitantes desde su inauguración, el 16 de octubre.
La colección incorporará también visiones más plurales de lo que ha sido el siglo XIX en España. De hecho, la transformación de este período será la más radical, según el director: “La pintura social, salvo alguna excepción, está casi ausente. El arte filipino es muy relevante y está muy mal representado. Vamos a estar muy atentos a fenómenos artísticos que deben tener presencia en el Prado”.
Para mostrar todos los cambios, Falomir anuncia la incorporación de nuevos espacios que ahora se utilizan a medio gas. “Todo el edificio Villanueva estará ocupado por pintura y escultura. Cuando entré en el museo, hace 24 años, aquí estaban también las oficinas, los archivos o parte de los almacenes. Todos esos espacios se van a recuperar plenamente. Una de las transformaciones más llamativas serán las galerías jónicas, adyacentes a la central. Allí colocaremos 51 esculturas clásicas”.
El Prado seguirá también con su intensa presencia en Internet, y no tiene intención de exigir pago por ello, al igual que museos como la Galería Nacional de Londres. “El acceso seguirá siendo gratuito. No descartamos la producción propia de determinados productos vinculados a las exposiciones por los que sí pediríamos una cantidad simbólica (2 o 3 euros). Pero tenemos claro que somos un servicio público”.
Entre los cambios en la colección y las dos grandes exposiciones del año, el Prado ofrecerá muestras de diferente formato, entre las que se encuentran Marinus van Reymerswale (9 marzo–13 junio); El hijo pródigo de Murillo y el arte de narrar en el barroco andaluz (21 septiembre 2021–23 enero 2022), Leonardo y la copia de Mona Lisa. Nuevos planteamientos sobre las prácticas del taller vinciano (28 septiembre 2021 – 30 enero 2022), Legado de Carmen Sánchez, en mayo, o 40º Aniversario de la Fundación Amigos del Museo del Prado, en septiembre.
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